Apelando al método de la observación, sociólogos y psicólogos han planteado que existen marcadas relaciones entre el comportamiento humano y el animal.

Por ejemplo, el ser humano cuando se le presenta la oportunidad de ser líder o jefe en una empresa o institución, pero sin las condiciones humanas y profesionales necesarias para tan compleja tarea, manifiesta actitudes similares a las de ciertos animales.

Tomando como punto de referencia lo señalado, el maestro y literato Bismar Galán, en su libro: «Cómo ser jefe sin dejar de ser humano», hace una categorización especial de los que pudiendo ser lideres positivos, se conforman con ser jefes tóxicos. Recuérdese que no es lo mismo ni es igual un jefe líder que un líder jefe.

Sobre el tema en cuestión, el señor Bismar se encarga de aclarar que en el reino humano: » El líder es aquella persona a quien todos o al menos varios individuos quieren tener cerca; es aquel que manifiesta un alto nivel de aceptación y que generalmente gana esa aprobación por sus modos de comportamiento y por sus niveles de empatías».

Además, en el libro de referencia, su autor compara los comportamientos que asumen algunos jefes con lo que habitualmente manifiestan  ciertos animales.

 Por ejemplo: el cocodrilo, la serpiente, papagayo, el pingüino, el camaleón, el búho, el gallo, la tortuga, el chihuahua y el pavo .  

En este orden, se señala que el jefe cocodrilo es aparentemente apacible, pero no en su esencia, solo es silencioso, simulador, calculador y traicionero. Su relativa tranquilidad permite que se acerquen a él, para en el momento menos esperado atacar y matar.

El señor Bismar Galán, describe al jefe serpiente como escurridizo, venenoso e insidioso. Verlo es difícil, concentrar una cita con él es un verdadero reto para los interesados.