El valor de la imagen. El relacionista ético

El valor de la imagen. El relacionista ético

J. LUIS ROJAS.

El relacionista ético. La época de considerar al profesional de la relaciones pública como: «el hombre de las manos frías», «el bombero apaga fuego», «el mago de las mentiras» y «el sabelotodo», forma parte del pasado. Para gestionar estratégicamente las relaciones públicas en las empresas e instituciones de hoy, es necesario contar con un talento humano formado para tales fines.

El relacionista de estos tiempos es un profesional ético, con credibilidad, inteligencia emocional y social, incapaz de emplear su talento para mentir y manipular a las audiencias.

Como consecuencia del extraordinario avance alcanzado por los medios masivos de comunicación, el crecimiento cada vez mayor y más fuerte de una conciencia medioambiental, así como por los continuos cambios que se registran en los mercados, las organizaciones están compelidas a actuar como ciudadanos corporativos responsables.

La actuación profesional de los relacionistas tiene que ser ética y transparente. Los grupos sociales tienen una y mil maneras de comprobar si las empresas e instituciones les mienten.

La facilidad que tienen los ciudadanos para denunciar malas prácticas y expresar opiniones a través de los medios tradicionales y no tradicionales de comunicación, son realidades que están motivando a las empresas e instituciones a contratar a profesionales creativos, estratégicos y proactivos de la relaciones públicas, los que con sus conocimientos, habilidades y experiencias ayudar a que a las mismas puedan obtener resultados en un clima de cooperación y vínculos sostenibles.

El relacionista de hoy tiene que asumirse como una persona humilde, negociador, conocedor de las múltiples necesidades que manifiestan los grupos de interés que interactúan continuamente con la organización a la que éste pertenece.

 

 

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