El valor de la imagen. La credibilidad

El valor de la imagen. La credibilidad

J. LUIS ROJAS.

La credibilidad

A juzgar por los hechos y actuaciones de algunos funcionarios públicos, así como de «connotadas» figuras de los entornos corporativo, político y social, parecería que la credibilidad ha perdido su esencia. La credibilidad es un activo intangible que cuenta con la fuera suficiente para añadir o quitar valor a la reputación e imagen pública de las empresas e instituciones y personas.

La credibilidad no se construye con apariencia, ni con grandes inversiones en el diseño e implementación de estrategias y acciones de marketing.

Cuando se pierde la credibilidad, por la razón y circunstancia que sea, hay que reconocer que se ha perdido un activo intangible difícil de recuperar. Hacer lo correcto genera credibilidad, lo que a la vez crea y proyecta una imagen pública positiva.

Las empresas, las instituciones, las personas y las marcas pierden credibilidad cada vez que muestran incoherencia e inconsistencia en la toma de decisiones, cuando violan las leyes, normas y procedimientos establecidos, cuando gestionan la información pública como recurso mediático para manipular la opinión pública y ocultar resultados de sus malas prácticas.

La credibilidad es un valor que se pone en práctica en todo cuanto hacen y dicen las personas y organizaciones.

La credibilidad es un atributo intangible difícil de fingir en un siglo como el actual, en el que las redes sociales y la democratización de los medios tradicionales de comunicación facilitan que hoy cualquier ciudadano, cliente o consumidor denuncie lo mal hecho. No es posible crear, mantener y proyectar una imagen pública positiva cuando se carece de credibilidad.

La credibilidad se construye actuando con transparencia en todo momento y lugar, así como hablando y actuando siempre con la verdad.

 

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