El valor de la imagen. Más que números

El valor de la imagen. Más que números

J. LUIS ROJAS.

La exaltación del beisbolista de San Miguel de Manoguayabo, Pedro Martínez, al Salón de la Fama Nacional de Béisbol, localizado en Cooperstown, Nueva York, Estados Unidos, confirma la hipótesis de que República Dominicana es la capital del béisbol. Además, la decisión de seleccionar al señor Martínez como miembro de un lugar donde solo se encuentran los grandes entre los grandes del béisbol, representa un verdadero reconocimiento a la disciplina, a la humildad y a la calidad humana y profesional.

Desde el contexto del marketing, la presencia de un segundo beisbolista dominicano en ese prestigioso museo, donde se encuentra sistematizada la historia del béisbol de los Estados Unidos y del mundo, es un valor agregado importantísimo para continuar consolidando en los mercados mundiales el posicionamiento y la buena imagen de la marca país República Dominicana. La estrategia empleada por Pedro Martínez para alcanzar el éxito se sustenta en la persistencia, en la disciplina, en la humildad, en la solidaridad y en el saber ser gente.

La productividad y competitividad que siempre han caracterizado la carrera profesional de Pedro Martínez, son indicadores claves para poder ser exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown. El pelotero de Manoguayabo es un referente de buena práctica deportiva y un ejemplo positivo del impacto que puede tener en la vida de un ser humano la buena educación familiar. Durante sus 18 años en las Grandes Ligas, Pedro siempre fue una fuente de noticias positivas.

Pedro Martínez, a diferencia de muchos de sus colegas, se preparó emocional, social y espiritualmente para construir y gestionar la fama, la cual proviene del reconocimiento que hacen los demás, luego de haber alcanzado logros trascendentales en la realización de una tarea, un oficio o en el ejercicio de una determinada profesión.

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