El valor de la imagen
Empleados felices 

El valor de la imagen<BR>Empleados felices 

Para construir empresas e instituciones alegres y vigorosas, capaces de permanecer sanas y útiles en el tiempo y el espacio, se requiere algo más que el allante, el bulto y el movimiento. Se ha comprobado que las organizaciones que perduran son las que cuentan con directivos y ejecutivos que inspiran confianza a sus colaboradores, cada vez que deciden y actúan.    

La carencia de talento, equidad, humildad, capacidad para trabajar con equipos multidisciplinarios, son algunas de las cualidades que no se pueden fingir para gestionar adecuadamente una organización. Estas condiciones humanas son las que establecen la diferencia entre un tipo de liderazgo y otro, lo cual incidirá negativa o positivamente tanto en el clima laboral como en las percepciones humanas.

La salud mental y espiritual de los que tienen la responsabilidad de liderar, son atributos claves para construir organizaciones alegres, productivas y creativas. Las empresas e instituciones son mucho más que atractivas y costosas edificaciones. Al fin y al cabo, es como siempre se ha dicho: “Lo que hace grande y sostenible a una organización es la calidad humana y profesional de las personas que la integran”.

Una de las metas más importantes que tienen por delante los líderes de las organizaciones, es la de convertir sus empresas e instituciones en lugares alegres y agradables, donde los empleados quieren estar. Para lograr que los colaboradores vengan cada día a dar lo mejor de ellos, es necesario que los directivos y ejecutivos dirijan apoyándose en la confianza y nunca jamás en el miedo, el temor y el chantaje.

Cuando se crea un clima laboral sustentado en la confianza y en la participación sincera, se logra reducir la rotación, el personal trabaja dentro y fuera de horario establecido, las tardanzas disminuyen, etcétera.

 

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