El valor de la imagen
Enriquillo y Azuei

El valor de la imagen<BR>Enriquillo y Azuei

La crecida de las aguas de los Lagos Enriquillo y Azuei es una situación que debe ser colocada en la agenda de prioridades de los gobiernos dominicano y haitiano. Hay que ir en ayuda de las miles de familias que viven en las zonas afectadas. De manera conjunta, ambos gobiernos tienen que crear políticas y medidas que contribuyan a enfrentar el drama humano que se ha originado en las provincias fronterizas.

En los últimos años, los Lagos Enriquillo y Azuei (Sumatre) han venido registrando un aumento continuo en sus niveles de agua, lo que ha estado provocando inundaciones en las principales tierras agrícolas, ganaderas, así como daños incalculables a viviendas, a las vías de comunicación  e instalaciones fronterizas, perdida de ganado vacuno, y trastornos psicoemocionales en las personas afectadas.

En este sentido, estudios realizados por técnicos de instituciones como la UASD, Universidad USA, INTEC e INDRHI, con el apoyo de la comisión de energía atómica de la NASA, han identificado los impactos negativos que ha tenido el crecimiento del nivel de agua en dichos lagos, para los habitantes de los dos países. Por ejemplo:

• Las inundaciones han colapsado las actividades productivas de más de 2.108 familias que dependían de manera directa de la explotación de estos suelos para actividades agrícolas y ganaderas.

• La inseguridad alimentaria en la zona ha provocado un aumento en la desnutrición de niños y personas mayores.

• De forma directa e indirecta, 10 mil familias ubicadas alrededor del Lago Enriquillo en las Provincias Independencia y 3 comunidades de la Provincia Bahoruco,  se encuentran  en un proceso de empobrecimiento que merma su  calidad de vida. • Perdidas de infraestructuras comerciales: almacenes, oficinas públicas  y contaminación de las aguas del acueducto.

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