La imagen pública se crea, se mantiene y se consolida a partir de las percepciones que se forman determinadas audiencias, como resultado de los estímulos o mensajes que  consciente o inconsciente transmiten las personas, empresas e instituciones, mediante su apariencia, comunicación, decisiones, conducta e inteligencia emocional. En definitiva, la imagen solo existe en la percepción.

A juzgar por los hechos, el licenciado Danilo Medina Sánchez ha decidido ser un  presidente humilde, sencillo, cercano y con los pies en la tierra. Este estilo de gobernar, según indican estudios recientes, un segmente importante de la sociedad dominicana valora positivamente la gestión del mandatario en su primer año de gobierno. La gente percibe que Medina es un gobernante que tiene tolerancia para escuchar las opiniones y reclamos de los ciudadanos.

Ojala que muchos funcionarios públicos del actual gobierno, cambiaran su estilo arrogante, prepotente y excluyente, por el buen comportamiento humano, profesional y social que distinguen la actitud y el comportamiento del presidente Medina. Recuérdese que la imagen pública se construye cada día, con lo que se dice y se hace en cada momento y lugar. Sin dudas, la imagen que actualmente proyecta el jefe del Estado es buena, gracias a la humildad, sencillez y coraje con que administra los recurso públicos.

La forma práctica, sencilla y sin mucho protocolo, empleada por el presidente Medina para decidir y actuar, también han estado agregando valor a la imagen del primer año de su gobierno.

Las visitas sorpresas del presidente Medina, en diferentes comunidades del país, se han convertido en medios de comunicación humana, donde el mandatario interactúa sin intermediarios con los que no tienen la más mínima posibilidad de entrar a la casa del Poder Ejecutivo.