El valor de la puntualidad

El valor de la puntualidad

Virginia Pardilla

Para hablar de puntualidad debe existir un acuerdo previo, pues para ser puntual o no, implica que antes se coordinó o se establecido una hora para llegar, realizar una actividad o entregar un informe. En fin, la puntualidad es ejecutar una acción en el tiempo establecido o convenido.

La puntualidad implica cronometrar una fecha o momento, es saber hacer buen uso del tiempo lo que constituye un valor importante para triunfar en la vida. La puntualidad implica llegar unos minutos antes de la cita acordada, esto se traduce en una expresión de respeto por nuestro tiempo y por el de los demás.

Muchas veces fallamos en el cumplimiento de este acuerdo, por mala distribución del tiempo, por desorganización, por dejar las cosas para último momento o simplemente por negligencia. Al ser impuntual estamos irrespetando el tiempo de los demás, esto provocan que nos pierdan la confianza y cuestionen nuestra responsabilidad.

Desarrollar en nosotros y en nuestros hijos el valor de la puntualidad es vital, ya que ésta constituye una parte fundamental en la formación de la personalidad y el carácter del individuo. La puntualidad es parte importante en la responsabilidad y a mayor responsabilidad, tendremos más facilidad de alcanzar nuestros sueños y la plenitud en nuestras vidas.

Ser puntual nos hace más eficientes y productivos, puesto que nos da la facilidad de realizar con mayor calidad y dedicación nuestros proyectos, a fin de alcanzar las metas y objetivos trazados. Tener el valor de la puntualidad nos ayuda a cumplir nuestros sueños, además nos proporciona la paz y la tranquilidad de tenerlo todo en el tiempo establecido.

La puntualidad es una actitud y un hábito que se forma, se fomenta y se modela desde la familia. Es una disciplina que se adquiere con la práctica.

Cómo fomentar la puntualidad en los niño:

Trabajar el valor de la puntualidad en los niños requiere de mucha paciencia, sobre todo en la primera infancia donde aún no dominan la noción del tiempo. Para los más pequeños que todavía no entienden el trascurrir del tiempo, si están entremetidos una hora es como cinco minutos, pero si están aburridos una hora es como cinco minutos.

• Concientizarlos a través del dialogo sobre la importancia de desarrollar la puntualidad como un valor.

• Hacerles entender con paciencia, que hay eventos y/o actividades que si llegamos tarde nos lo perderemos.

• Hablarles de lo mal que se sienten los demás cuando alguien llega tarde, con esto fomentamos no solo la puntualidad, sino también la empatía y la responsabilidad.

• Crea rutinas y horarios, esto no solo ayuda con la puntualidad, sino también en la creación de hábitos como: despertar, bañarse, cepillarse los dientes, desayunar, entre otros. Los horarios ayudan a distribuir mejor el tiempo y a saber con exactitud que se debe hacer y cuando.

• Explicarles que como humanos pueden pasarnos imprevistos, pero que estos no pueden regir nuestras vidas, por lo que se hace necesario una correcta distribución del tiempo.

• Debemos ensenarles a nuestros niños a realizar las actividades en el tiempo adecuado, para esto debemos accionar con una dirección previamente establecida.

• Se debe ensenar al niño a diferenciar lo importante de lo urgente y viceversa, de esta manera aprenderán a priorizar la realización de las tareas y actividades en orden de importancia.

• Ayudarles a entender que el día tiene 24 horas, y estas deben ser distribuidas para diferentes actividades como: el descanso nocturno, cuidado personal, estudio, ejercicios o deportes, juego o pasatiempo, compromisos familiares o con amigos, alimentación, tareas, entre otras.

• Enséneles que las personas respetuosas y responsables piensan en su tiempo y el de los demás. La autora es psicóloga y educadora, directora y fundadora de MLC SCHOOL Twiter: @MLC_Schoolrd @SVirginiaP Instagram: @pardillavirginia.

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