El valor de Luis El Gallo

El valor de Luis El Gallo

UBI RIVAS
Así se llama popularmente Luis Acosta Moreta por aquel gallináceo enorme de playwood que empotró en la acera opuesta de la residencia del presidente Joaquín Balaguer, a quien sirvió con el entusiasmo y la probidad que les son tan intrínsecas.

Confieso que fui impactado desde hace tiempo por el método de estilizar política de Luis El Gallo, un individuo que habla escaso y que trabaja desde que se levanta hasta que se retira por las noches a descansar, todos los días.

Pero el reportaje que insertó El Día del 20 de presente mes, original de la reportera Yanet Féliz, no hizo nada más que reiterar todo cuanto conozco de Luis El Gallo en su trajinar por el mundillo semoviente y peligroso de la política.

En su rol de mandamás de la ODC, una entidad gubernamental creada por la AID en los tiempos difíciles del Consejo de Estado (1962), como lo fue el IAD, la Dirección Forestal, con los asesoramientos del Cuerpo de Paz, segmento de la AID para amortiguar los cambios políticos bruscos ocurridos en el país el año anterior, 1961, Luis El Gallo se desenvuelve con la soltura y eficacia que todos le reconocemos.

Con un presupuestico exiguo de RD$24 millones al año, Luis El Gallo nunca profiere una queja de recursos insuficientes, recibiendo en compensación unos recursos que el presidente Leonel Fernández le asigna con la presentación de proyectos específicos en las comunidades que integran el territorio nacional. Insecticidas y mosquiteros para los insectos, gatos para aminorar las plagas de ratones, subvenciones a los salones de belleza para “jalarle los moños” a las mujeres, incorporación de actas de nacimiento, 150 mil, a individuos que eran muertos civiles por carecer de documentación u origen; métodos de “Pasando la Cría”, prestándole verracos a los porcicultores para fertilizar vientres. Ermitas para que en lugares “extra judiciales”, los feligreses dispongan de un local para escuchar misas.

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