El valor del diseño

El valor del diseño

POR CLARA SILVESTRE
Cuando la decoradora israelí Debi Bar Meir emprende un diseño, su deseo es participar en el proyecto desde que está en cero hasta el final, por el hecho de que le es muy difícil encontrar los muebles adecuados a sus ideas y prefiere diseñarlos ella misma. Y aunque explica que no en todos los proyectos se puede crear todo, resulta bien interesante llegar a diseñar hasta las cortinas, los textiles y los accesorios.

Debi Bar Meir, quien se ha destacado en el diseño de áreas comerciales, asegura que la base de cualquier proyecto decorativo es definir el concepto, a lo cual, destaca, hay que dedicarle mucho tiempo, porque después el resto se resuelve con mayor rapidez.

Explica que antes de iniciar un proyecto, se trata de identificar lo que el cliente quiere, porque de esta forma, lo que concierne a la elección de colores, texturas, y hasta de construcción va más fluido, «y es que la planificación ahorra dinero y evita cambios en el camino, porque después será mucho más difícil solucionar problemas».

«Diseñé un recibidor de una clínica en donde el dueño quería que el visitante no percibiera que había llegado a un hospital, sino que sintiera como que estaba en casa y se pudiera relajar. Así que cree una especie de sala de una vivienda muy acogedora», agregó.

Otro punto que consideró de suma importancia fue el aspecto de ubicación geográfica, lo cual tendrá mucho que ver con el diseño, «empezando con el sol, que cambia incluso la forma de ver los colores dentro de un espacio. Por ejemplo, en un lugar más frío hay que darle un toque de calidez con la ayuda del color o los materiales, y por el contrario en un lugar que esté cerca del mar habrá que calmar esa calentura».

Al referirse a los materiales, explicó que hay que tomar en cuenta que no se pueden utilizar muebles pocos duraderos, como por ejemplo el mimbre en una terraza que da al mar, porque no permanecerá ahí por mucho y la idea es que se vea bonito no solamente al estrenarse el espacio, sino también al paso del tiempo.

Debi Bar Meir reveló su encanto por la cultura taína, la cual conoció en Israel sin sospechar de donde venía. Dijo que allá se utiliza como elemento ultramoderno en joyas, diseños de interiores y textiles, y descubrió que aquí es donde debe estar, porque en el diseño debe verse el presente, el pasado y el futuro.

Respecto a las oficinas señaló que se está usando mucho el concepto de «Open space», que es concebir un ambiente abierto donde cada uno tiene un espacio para trabajar utilizando muebles modulares, «esto cambio mucho el concepto de trabajo, porque cada quien tiene su espacio privado, pero estando en contacto con otras personas. Pero hay que tener en cuenta que si están mal diseñados se pierde el concepto de privacidad», de ahí que destaque la planificación previa.

Sobre los materiales, agregó que siempre habrá que ver en qué lugar se pueden utilizar los que se conocen como plásticos, porque los clásicos nunca se dejan de usar. «Cuando se utilizan materiales que originalmente no eran para ese destino, salen cosas muy originales, por lo que pienso que si es práctico y funcional es perfecto».

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