El valor del hogar

El valor del hogar

Hubo una dama a la que le propusieron un cargo en una gran iglesia, pero ella lo rechazó. Dijo que tenía tres hijos en su casa a quienes debía dedicarles mucha atención, amor, cuidado y tiempo.

Afirmó que esta era la forma de ahorrarle problemas a la misma congregación en el futuro.

Ciertamente que ninguna institución o nación del mundo tendrá más estabilidad y fortaleza que las que tienen los hogares que las conforman.

El fundamento firme de todo esto es el hogar. Por más que lo intenten, la gente nunca será afuera lo que no es en la intimidad de la familia. Es ahí donde se fundamentan el carácter y los valores.

Esta es la institución más vieja y fuerte de la humanidad.

Dios mismo fue quien estableció el matrimonio y el hogar.

Es lamentable ver cómo muchos creen hoy día que para casarse lo necesario es sólo un certificado y un sacerdote o pastor que oficie la ceremonia.

Hay que prestar atención a lo que dice la Palabra de Dios.

Sólo dos cosas permiten la separación de un matrimonio. Y son la muerte o la infidelidad.

Es por eso que planteamos que se trata de una responsabilidad que amerita de pensarlo muy bien antes de tomar la decisión.

El rompimiento de un hogar con la secuela de niños traumáticamente sin el calor de los padres no debe ser producto de una ira, de un arranque de celos o por cualquier actitud caprichosa.

Si la sociedad, sus líderes y modeladores no prestan atención al valor de la familia y la relación de parejas, definitivamente vamos a tener muchos problemas. Y ya hemos empezados a tener bastantes con la violencia, el consumo de drogas y los antivalores entronados en nuestras instituciones.

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