La cantante ha pospuesto de manera indefinida el espectáculo previsto hasta abril en el Coliseo del Hotel Caesar y cuyas entradas habían alcanzado más de 500 euros
Aseguró entre lágrimas que era “imposible” empezar su espectáculo previsto en Las Vegas con “la mitad del equipo”, enfermo de covid-19, pero ahora el diario The New York Daily News afirma que el verdadero motivo por el que Adele suspendió los conciertos programados en la ciudad estadounidense no fue el virus sino los problemas con su novio, el agente deportivo Rich Paul.
Así lo recogen también varios medios británicos como el Daily Mail y The Mirror, que haciéndose eco de la información publicada por el periódico estadounidense, cuentan que la artista estuvo llorando durante los ensayos previos y que los interrumpió en varias ocasiones para atender llamadas de Paul.
“Hay problemas en el paraíso. Ese es el motivo por el que ella no puede actuar”, ha asegurado una fuente, aunque no se han aclarado las razones del desencuentro entre ambos.
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El pasado 21 de enero estaba previsto que la cantante británica comenzase un espectáculo permanente de dos conciertos cada fin de semana en el Coliseo del Hotel Caesar que se prolongaría hasta el mes de abril y cuyo precio de las entradas había alcanzado los 600 dólares, alrededor de 520 euros.
Sin embargo, unas horas antes del estreno, la artista posponía indefinidamente las actuaciones a través de un vídeo publicado en su cuenta de Instagram y donde se la veía visiblemente afectada por a decisión, por la que decía sentirse “enfadada” y “avergonzada”.
Según unas imágenes que acompañan la información publicada, tras el anuncio, Adele voló desde Las Vegas a Los Ángeles para reunirse con Paul, agente de LeBron James y con quien mantiene una relación desde el año pasado.
Antes de que la ganadora de un total de 15 Premios Grammy adujese positivos por covid-19 dentro de su equipo y retrasos en la preparación como motivos de la cancelación de Weekends with Adele —como se llama el espectáculo permanente—, lo cierto es que algunos medios ya habían apuntado a otras posibles causas, como el desacuerdo de Adele con la escenografía, en concreto, con la instalación de una piscina en mitad del escenario.
Fuentes cercanas a la artista aseguraron entonces a The Sun que los conciertos programados estaban abocados “al desastre” por el desencuentro entre la británica y la diseñadora de la escenografía, Esmeralda Devlin. “A pesar de que el conjunto costó millones, Adele no estaba contenta con el resultado y le dejó muy claros sus sentimientos a Es”, afirmaba uno de los testimonios.
Además de cancelar los conciertos en Las Vegas, el Daily Mail afirma que la cantante ha suspendido también su actuación prevista en los Brit Awards, que se celebrarán el 8 de febrero en Londres.
“Están hablando con su equipo para ver si puede aparecer por vídeo. Es un gran dolor de cabeza, pero quieren que se involucre de cualquier manera en que ella esté de acuerdo”, explica una de las fuentes citadas por el diario, que ha intentado hablar con éxito con los representantes de la artista para la ceremonia.