El verdadero muro fronterizo

El verdadero muro fronterizo

Ubi Rivas.

Voces de políticos, religiosos, economistas, empresarios, comunicadores, reiteradamente aluden a la necesidad de construir un muro en la complicada, porosa y complaciente línea fronteriza que alegadamente marca la línea divisoria entre los dos Estados que comparten la isla Hispaniola.
A ratos, como si fuera una infantil antigua tanda vespertina de matinée, jerarcas militares cursan tournée por la frontera, dizque inspeccionando la geografía y los puestos militares fronterizos, aguajeando las instalaciones de cámaras y drones para supuestamente controlar las migraciones de haitianos, que ingresan cada día con mayor número, por sobre cámaras, videos y patrullas militares. Puras pamplinas.
El día tres de marzo reciente, el titular de Defensa, teniente general ERD Rubén Paulino Sem, en uno de los periódicos matinée que nos entretiene, sin convencernos, precisó en una gira a la frontera, que el país no necesita un muro para contener el ingreso de ilegales “porque hay obstáculos naturales”, un argumento que un alumno de kindergarten rechaza por insostenible.
Al siguiente día, el jefe de Estado Mayor del ERD, mayor general Estanislao Gonell, desde la capital, se destapó con la ricura de que su arma “para final de este año colocará cámaras en toda la frontera, que será sellada con la finalidad”, presumible para acabar con los delitos que se generan.
El día nueve, el corresponsal de El Nacional en SJM, Manuel Espinosa, infirmó que ganaderos vigilarán sus ganados ante el aumento de abigeo, situación que se presenta en Montecristi, porque en ambos casos, militares se confabulan con haitianos para el abigeo.
El verdadero muro será cuando tengamos un gobernante que ordene acabar con la corrupción de los militares, impedir la inmigración ilegal y expulsar a dos millones de ilegales.

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