En los Estados Unidos no se elige al Presidente ni al Vicepresidente por votos directos, sino por votos indirectos. Y no una vez, sino tres veces. Primero, cada partido político tiene que nominar sus candidatos a la Convención Nacional que se celebra algunos meses antes de las elecciones, – para eso, son las primarias y caucus donde se eligen los delegados que son los que finalmente nominan a su candidato presidencial y vicepresidencial. Segundo, ya elegidos los candidatos por un partido, es votado juntos al candidato del partido contrario en todos los estados de la Unión, siempre, el martes próximo después del primer lunes de noviembre del año electoral.
Tercero, cada estado de la Unión tiene un peso, que representa el número de electores de ese estado, que posteriormente forman el Colegio Electoral. Este último es el cuerpo de compromisarios electos encargado de elegir finalmente al Presidente y Vicepresidente. El Colegio Electoral tiene 538 miembros. Cada estado, tiene un número de electores igual al número de sus senadores y representantes en el Congreso de los EEUU.
Como la composición del congreso federal es 100 senadores y 435 representantes, y si añadimos los tres electores que componen el Distrito de Columbia, la suma de esos tres grupos determina los miembros del Colegio Electoral, 538 miembros.
Los candidatos presidencial y vicepresidencial que logren la mitad más uno, o sea 270 votos electorales, serán entonces los inquilinos de la Casa Blanca por el período de cuatro años. Otra cosa, excepto dos pequeños estados, el que gana un estado se lleva todos los votos electorales de ese estado. ¿Cuál entonces es la situación actual en función de quién se lleva los votos de los electores que componen el Colegio Electoral?.
Veamos: primero, los demócratas tienen 19 estados seguros, más el Distrito de Columbia donde está la capital, Washington. Esos estados lo han ganado los demócratas en seis elecciones presidenciales consecutivas, desde el 1992 hasta el 2012, y todas las encuestas e indicadores indican que continuará así. Son estos: Massachusetts, Rhode Island, Connecticut, New Jersey, Delaware, Maryland, Maine. Vermont, New York, Pennsylvania, Michigan, Illinois, Wisconsin, Minnesota. California, Oregon y el estado de Washington. Esos estados suman 242 electores del Colegio Electoral, faltando sólo 28 para llegar a los 270.
Segundo: los republicanos tienen 13 estados que son seguros y que han ganado también seis veces consecutivas, pero sólo le suman 102 electores del Colegio Electoral, faltándole 168 votos electorales para completar los 270 necesarios. Esos estados son: Alabama, Alaska, Idaho, Kansas, Mississippi, Nebraska, North Dakota, Oklahoma, Carolina del Sur, Dakota del Sur, Texas, Utah y Wyoming.
Tercero: Existen nueve estados que se inclinan más por los demócratas que por los republicanos y que representan 101 votos en el Colegio Electoral. Son estos: Iowa (6), New Hampshire (4), Nuevo México (5), Nevada (6) y Ohio (18), Colorado (9), Florida (29), Virginia (13) y Arizona (11). Todos ellos votaron en las elecciones pasadas por los demócratas. Además, Virginia tiene ahora un gobernador demócrata y pasado presidente del partido. Me refiero a Terry McAuliffe.
De modo tal, que teniendo seguro 242 votos en el colegio electoral y solo faltándole 28. Los demócratas sólo necesitan posiblemente uno o dos de los estados que señalo en el párrafo anterior, digamos, Florida (29), donde Hillary le saca 16 puntos a Trump en las encuestas de la semana pasada. Si Hillary gana Florida, se acabó el juego.
Dado la guerra civil que existe en los republicanos donde 25% de su militantes ya han declarado que no votarán por Trump y, además, el 65% de la mujeres del país dicen “que no votarán por él, ni que les entren a palos”. Si además, el 77% de los latinos y el 87% de los afroamericanos que no lo quieren ver ni en pintura, como decimos por aquí y, si agregamos los votos del 98% de los musulmanes – que son 5 millones -. Hay que concluir que ni el médico chino salva a los republicanos este año.