El verdadero significado de la Semana Santa

El verdadero significado de la Semana Santa

La celebración de la Semana Santa surgió como parte de la conmemoración del día en que se recuerda la fecha de la Resurrección de Jesús. Este período, que apenas tiene una duración de ocho días, inicia el Domingo de Ramos, cuando se celebra la entrada de Jesús a Jerusalén.

De acuerdo al evangelio escrito según Marcos, en su capítulo titulado Entrada de Jesús a Jerusalén, se explica que «cuando se aproximaban a Jerusalén, cerca ya de Betfagé y de Betania, al pie del monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos diciéndoles: «Vayan a ese pueblo que ven enfrente; apenas entren encontrarán un burro amarrado, que ningún hombre ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo aquí».

Continúa la narración y luego precisa que al llevar el burro a Jesús, le pusieron sus capas encima y Jesús montó en el. Agrega que muchas personas extendían sus capas a lo largo del camino, mientras otras lo cubrían con ramas cortadas en el campo.

«Y tanto los que iban delante como los que seguían a Jesús gritaban: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!», añade.

Lo interesante de este episodio narrado en la Biblia es que en unos capítulos más adelante se señala que esa misma gente es la que pide la crucifixión de Jesús, por haberse proclamado Rey de los judíos. Llegan el lunes, marte y miércoles y la mayoría de las parroquias se dedican a confesar y realizar retiros espirituales.

luis obispo

Padre Luis Obispo Díaz.

En ese sentido, el sacerdote Luis Obispo Díaz manifiesta que estos tres días son parte de la Semana Santa, pero no están marcados por ninguna conmemoración en particular. No obstante, resalta que son días de recogimiento y reflexión.

Explica que el Jueves Santo si existe una celebración especial. Se oficia la misa crismal, donde el obispo se congrega con todos los sacerdotes, quienes hacen la renovación de sus votos de consagraciónademás se consagra el oleo que se utiliza durante todo el año litúrgico para el bautizo de los catecúmenos y la unción del os enfermos. El mismo que se usa para consagrar a los curas.

Agrega que el jueves también la comunidad católica celebra la institución del sacramento de la eucaristía, establecido por el mismo Jesús durante la celebración de la última cena con sus discípulos, antes de ser entregado a las autoridades judías y romanas, para ser juzgado y posteriormente crucificado.

Origen bíblico. Por su lado, el evangelista Mateo, «El primer día de la Fiesta en que se comía el pan sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: ¿Dónde quieres que preparemos la comida de la Pascua?».

Agrega que Jesús contestó que vayan a la ciudad, a casa de tal hombre, y díganle: El Maestro te manda decir: Mi hora se acerca y quiero celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa.

Indica que después los discípulos hicieron tal como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua y sostiene que llegada la tarde, Jesús se puso a la mesa con los doce.

Foto cortesía de AFP.

De ahí que los católicos celebren en Jueves Santo este acontecimiento que además contempla la institución de la eucaristía, narrada en varios episodios del Nuevo Testamento, donde afirma que «tomando el pan y el vino en las manos, Jesús dijo a sus discípulos que eran su cuerpo y su sangre que serían entregados por los pecados del mundo.

En este día la iglesia también revive el lavado de los pies hecho por Jesús a sus 12 apóstoles. Para escenificar este momento el sacerdote celebrante lava los pies a 12 feligreses de la comunidad previamente seleccionados.

En adición a esto, el Jueves Santo se realiza la exposición del Santísimo Sacramento, dentro de la colocación de un monumento dentro del templo, confeccionado para representar la escena de la última cena.

Recogimiento espiritual. Sin embargo, al pasar esta celebración tan especial, llega el Viernes Santo, único día del año que la Iglesia Católica no oficia misa en ninguna parte del mundo, debido a que no se realiza la consagración de las hostias para convertirlas en eucaristía, ya que en este día se recuerda la muerte de «El Nazareno», por lo que los templos se abren solo para las actividades de esta conmemoración.

Viernes Santo, a pesar de ser un día sin oficio de misas, es una de las fechas con más actividades de todo el año… Se realiza la lectura y reflexión de las siete palabras que pronunció Jesús mientras estuvo vivo en la cruz, luego de recibir, según Santa Brígida, «cinco mil 480 latigazos».

Este día también se realiza el acto de adoración a al cruz, donde los feligreses acuden a los templos a hacer reverencia a una cruz de madera, en representación del madero donde fue crucificado «El Mesías», como lo proclamó Isaías, profeta cuyo libro está incluido en la Biblia que se conoce en la actualidad.

En cuanto a los templo, se eliminan los manteles y flores que le adornan y además toda la indumentaria, tanto del sacerdote oficiante como de los monaguillos, ministro y demás ayudantes del altar, son utilizados en color morado, en señal de luto y duelo.

Además, no se da la bendición final como de costumbre, ni se pueden tocar instrumentos muy sonoros junto a las canciones. Ni tampoco se puede aplaudir durante los «oficios de Viernes Santo», como se le conoce.

Júbilo y gozo. Mientras que el sábado es un día más calmado y la comunidad cristiana se prepara para la Vigilia de Resurrección.

El papa Francisco presidió su primera misa de Pascua el año pasado, en la Plaza San Pedro. Foto: AFP. Archivo.

Durante la vigilia se bendice el agua, y la celebración de la misa inicia con el «Pregón Pascual», que antecede al encendido el «Sirio Pascual» que permanecerá en el templo todo el tiempo de Pascua que concluye con la celebración Pentecostés, 50 días después.

Esa noche es ideal para bautizar personas en la iglesia y además de que se bendice la luz, también se bendice el agua con la que se rocea a los feligreses durante la vigilia.

Durante la vigilia, realizada para esperar la llegada del domingo, se leen siete lecturas y siete salmos, lo que justifica que se llamada la «Madre de las vigilias» en la Iglesia Católica.

A la vigilia le sigue la celebración de la eucaristía, donde se celebra con júbilo la resurrección de Jesús. En este momento se canta la canción de glorificación, suprimida durante la Cuaresma, y además se tocan la mayor cantidad de instrumentos musicales que se posean en el templo. Desde ese día y hasta concluida la Pascua, al finalizar la misa el sacerdote se despide con las palabras !Aleluya, aleluya!, a lo que la gente responde !Aleluya, aleluya!

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