ROSARIO TIFÁ
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El vestido color negro, que abandonó desde las primeras décadas del siglo pasado su papel como pieza de luto, se ha convertido en unas de las prendas más solicitada de la mujer.
No hay una fiesta, sea sencilla o de abolengo, donde no esté presente el vestido negro, pero tampoco falta en cualquier actividad, que requiera una presencia informal, con excepción de las bodas, en las cuales no se recomienda usar ese color.
Hasta en eventos celebrados en horas de la mañana muchas mujeres se arriesgan a vestir de negro, llevando a veces un toque de color para restarle algo de sobriedad.
Este es un privilegio que la mujer puede agradecerle a dos iconos de la moda: Coco Chanel y Eduard Molyneux, responsables de su inserción en las páginas de la revista Vogue en 1926.
Hasta ese momento las mujeres de la alta sociedad no habían introducido en los salones de fiestas esta importante pieza que ha llegado a constituirse en una estupenda base para hacer resaltar los accesorios, una percepción que se mantiene.
Luego de esa osadía continuaron confeccionando trajes en ese tono los también diseñadores Bernard, Madeleine Vionnet y Phillippe & Gaston así como casas de costura de prestigio como la casa parisina de moda Yenny.
En esa época se utilizaba terciopelo, seda china y crespón para confeccionar elegantes vestidos para la noche. Estaban de moda los talles en vuelos superpuestos, mangas drapeadas y estilo campana al final de los puños, entre otros modelos y cortes, que las damas realzaban con elegantes sombreros, cordón de pasamanería, cinturones, collares y los inconfundibles guantes, tan de moda en esos años.
Pero actualmente los diseñadores cuentan con un amplio abanico de facilidades en cuanto a materiales y adornos, lo que permite que los vestidos luzcan con mayor suntuosidad.
Los chiffones, organzas, crepés y otras telas fluidas y de gran caída permiten a los creadores elaborar con mayor facilidad un vestido de noche. Pero también para ocasiones informales este color resulta favorecido.
Los vestiditos cortos muy elegantes para acudir a una disco o cualquier otro lugar de diversión han cautivado el gusto de las jóvenes que acuden a esos lugares. Algunos son realzados con detalles en especialmente en dorado y plateado. También con algún collar corto preferiblemente en perlas o color dorado, siempre que sea en tirillos o strapless.