El viacrucis del Club de París

El viacrucis del Club de París

POR CLAUDIO CABRERA
A las alturas en que las cosas se han venido desenvolviendo en el país, los negociadores dominicanos acudirán con las manos llenas de los problemas que dejó la crisis económica, pero antes que nada, demostrar que ha sido capaz de presentar un programa mayor para cumplir con sus acreencias externas con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

De hecho, el Club de París es la última nubécula que se presenta en el panorama económico dominicano, el cual sin embargo, parece ahora será recurrente debido al tipo de trato en que el país fue encasillado luego de caer en la debacle económica que se suscitó entre el 2002 y el 2004 en el país.

Debido a que el gobierno no pudo sortear a tiempo con el Congreso Nacional, un acuerdo que le permitiese ganar tiempo para aprobar la reforma fiscal sin la coletilla del 25% como impuesto al sirope de maíz, las autoridades se retrasaron en las negociaciones con el FMI y, consecuentemente, con el Club de París.

No obstante, los primeros contactos de los acreedores bilaterales para conocer las intensiones de cada parte ante las negociaciones, permitieron saber que la entidad que agrupa a las principales potencias acreedoras bilaterales estaban dispuestas a efectuar concesiones al país, pero bajo los estrechos términos del Acuerdo de Houston, en el cual sólo una parte significativa fue reprogramada (unos US$193.0 millones), y el resto, unos US$100.0 millones, serán renegociados dentro del marco de lo que contemplan dichos términos para un grupo de entidades y acreedores variados.

Estos términos implican acudir ante un «pool» o grupo de bancos comerciales privado que usualmente prestan en segundo rango financiamientos a los países, con el fin de que los vencimientos de la deuda no reprogramada dentro de los términos acordados, sean amortizados.

Una objeción que ya se ha hecho pública a estos criterios de amortización con el Club de París, especialmente en el caso de países con altos compromisos dentro del servicio de sus deudas, es de que se efectúan regularmente a elevadas tasas y en condiciones menos blandas, lo cual convierte en recurrente la práctica de renegociaciones multianuales al aplicarles la línea de «rienda corta» a los países con agudas situaciones de impagos y moras.

Desde hace semanas, sin embargo, funcionarios vinculados al Secretariado Técnico de la Presidencia indicaron que se hacen esfuerzos para que el país logre las mejores condiciones dentro de tales negociaciones y se pueda arribar a una reestructuración satisfactoria de todos sus atrasos que fueron dejados fuera del grueso de la reprogramación.

De acuerdo con la fuente, una misión regresó hace dos días desde Europa, tras acudir a varios encuentros con representantes de la banca comercial internacional con quienes contactaron para cerrar la brecha una vez formalizados y anunciados los próximos pasos entre el FMI y el Gobierno Dominicano. Esto equivale, se afirmó, a un visto bueno para cerrar las negociaciones.

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