El viaje de Miguel Vargas a Europa

El viaje de Miguel Vargas a Europa

MELVIN MATTHEWS
La reunión del Consejo de la Internacional Socialista (IS), que concluyó en Ginebra, Suiza, enfocando sus deliberaciones en la paz, la estabilidad global y el cambio climático, unida a una estadía proselitista posterior en Madrid, fue el marco propicio para que el candidato a la Presidencia de la República del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado, reforzara su imagen exterior y despejara, con su presencia en la capital española, acusaciones infundadas y expectativas desaforadas vinculantes al caso Marbella, acontecimientos que le allanan sustancialmente el camino para su potencial victoria en la elección del año próximo.

Vargas Maldonado reforzó sus condiciones presidenciales, al estrenarse con brillantez en la exigente y conflictiva arena internacional, abrevando en la fuente sabia del liderazgo de la más antigua organización de partidos socialistas, laboristas y socialdemócratas del mundo, cuyas raíces se remontan a la Segunda Internacional, que se formó en 1889. Refundada en 1923 como la Internacional Obrera y Socialista, adquirió su forma actual al ser reconstituida después de la II Guerra Mundial, en 1951.

Hablando ante alrededor de 400 delegados de más de 120 partidos y organizaciones políticas provenientes de todas las regiones del mundo, el dirigente opositor dominicano adaptó su discurso al tema central del encuentro, titulado: «Trabajando por la paz y la estabilidad global en un mundo de conflictos sin fronteras».

Destacó los denodados esfuerzos del pueblo dominicano por construir una democracia abierta y participativa, y en ese empeño resaltó los méritos y el esfuerzo intransigente del fenecido líder socialista de talla internacional, José Francisco Peña Gómez, de quien, dijo, aprendió que en el socialismo democrático se encuentran los postulados ideológicos y la práctica política conducentes a la democracia incluyente y compartida.

Enfocándose en la temática del evento, Vargas Maldonado fue preciso al afirmar que todos los afanes del hombre dedicados a construir un mundo mejor se encuentran hoy amenazados por lo que se ha dado en llamar el calentamiento de la tierra. Su discurso fue aplaudido por todos los presentes, entre quienes figuraban Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina; Jalal Talabani, presidente de Irak; Colette Avital, de Israel, y Luis Ayala, secretario general de la IS. Una amplia delegación, encabezada por el presidente del PRD, Ramón Alburquerque, acompañó al candidato presidencial. Según trascendidos, el impacto de su inserción en la demandante escena internacional fue positivo y valorado adecuadamente por el liderazgo de la IS.

Mientras tanto, su presencia posterior en Madrid promoviendo su aspiración presidencial entre dominicanos residentes en España, demostró el carácter infundado de las acusaciones de sus rivales políticos, tratando de vincularlo al caso Marbella, un escandaloso expediente de corrupción inmobiliario ocurrido en el ayuntamiento marbellino.

Políticos locales adversarios del perredeísmo se frotaban las manos soñando con que la Justicia española estorbaría su misión, o que Vargas Maldonado no podría siquiera hacer escala en Madrid. El autor de este artículo entrevistó en su programa de televisión al jurista y político oficialista, Marino Vinicio Castillo, encargado de la defensa de Ramón Báez Figueroa en el juicio por la quiebra fraudulenta del Baninter, y este manifestó sus dudas de que el candidato perredeísta pudiera tocar suelo español a su regreso de Ginebra. Pero la historia ha sido diferente y la verdad resplandece.

El viaje a Europa de Vargas Maldonado sirvió para mostrar su creciente perfil internacionalista, un ser capaz de adentrarse en la complicada temática global, pero, por encima de todo, un dirigente de altos vuelos que puede desplazarse por el mundo entero sin avergonzarnos y representar dignamente al pueblo dominicano.

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