El viaje de Nathalia

El viaje de Nathalia

Del  13 de abril hasta el 1ro.  de mayo la artista Nathalie Ramírez expone en la Alianza Francesa de Santo domingo. La exposición tiene como título Sentido, recuentos de un viaje. Esta artista nos propone un viaje en un mundo hecho de imágenes que tienen como objetivo mostrar la belleza a través de una sutil mezcla de diferentes técnicas. Con los herramientas variadas (acrílica, oleo, collage, tinta, papel cortado) logra efectos tan especiales que capta la curiosidad del visitante. Su obra se ubica entre la ilustración con referencias a Saul Bass y una fusión entre el tachismo y el expresionismo abstracto pero con elementos figurativos.

La muestra está divida en dos salas, una con trabajos gráficos y otra con pinturas. El lado gráfico está constituido de collages, papeles cortados y dibujos que muestran de manera clara su formación en el medio de la ilustración en la escuela de Chavón. Hay una impresionante obra pequeña titulada “Alisios, adiós” que tiene una fuerza expresiva proveniente de su simplicidad y de la ausencia de todo detalle superfluo. Un árbol cuyas hojas se lleva el viento parece comunicar con el público, a través de un gato que hace un gesto de adiós con una pata levantada. El gato tiene al mismo tiempo una presencia fuerte y su actitud explica de manera poética el movimiento de las hojas que se van en el cielo.

Otra obra donde la artista logra una fuerza no física sino expresiva y poética: “Autopografía”. Una vista de mar que es un micro mundo. Todos los elementos están representados: el agua con el mar, el fuego con el sol, la tierra con las rocas y el aire que parece sostener el mar en sus manos. El agua con las olas estilizadas se opone a la tierra a través de los efectos del collage que tiene mucho cuerpo y la transparencia en el efecto de las olas con la tinta. Una seria de mándalas muestra la increíble imaginación en la búsqueda de motivos dentro de un círculo.

La segunda sala presenta pinturas de tamaños diferentes. Las obras se enfocan en un lado más orgánico. Para Nathalie Ramírez, el arte se define como algo orgánico que siempre crece. Es el reflejo de que tiene como misión embellecer el mundo. No en vano, ella llama algunos trabajos ‘Autopografía’ palabra constituida de auto y topografía, una especie de imagen que el mundo se da a si mismo. Uno en particular se llama ‘autopografía interestelar’. Es una visión panorámica de un mundo donde la variedad y la elección de colores dan una vida mucho más importante que un cualquier otro planeta que puede existir.

Las montañas no parecen rocas con la monotonía de los grises y marrones que se ven de costumbre. Es algo lírico como una obra de música, algo que tiene que ver con la cercanía que hace Kandinsky entre colores y notas de música. En la obra titulada “Generación”, su técnica se parece a la del pintor Zao Wou Ki con efectos de materia muy aéreos (¿?), algo líricos. Ella desarrolla también el lírico a través de la presencia de figuras femeninas de perfil.

El perfil tiene algo misterioso, pues la figura pertenece al mismo tiempo al espacio del cuadro y al espacio del visitante. En la obra “En el bosque I”, pintada sobre madera, usa la fibra de la madera para dar cuerpo a los troncos probando otra vez su gusto por los juegos de materias. En esta misma obra, mezcla el dripping, los colores vivos del expresionismo y deja aparecer el fondo en importantes partes del cuadro. Es muy audaz y no choca. Al contrario, eso da más fuerza y profundidad a la cueva que sale del bosque. Parece una imagen de un cuento.

Ella debe seguir sorprendiéndonos a través de su imaginación fértil y de su manera tan personal de construir obras con precisión en la elección de las técnicas y herramientas usadas.  Un mundo de espontaneidad y frescura.

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