El viejo culto a las “botellas”

El viejo culto a las “botellas”

En  el quehacer político dominicano muchos  creen  que ir  al poder da derechos sin límites   a nombrar amigos, familiares  (compadres)  y  seguidores en cargos públicos. En tiempo reciente fueron bien conocidos  insólitos actos de nepotismo. Proceder constante de las élites partidarias. Los que aspiraban a volver, y estuvieron cerca en las urnas, hicieron lo mismo en el pasado y buena parte del entusiasmo de la lucha electoral se genera con las ubres nacionales en mente.  Usar el  Estado  para excederse con  empleos tiene defensores que teorizan. Dicen que es deber del Gobierno poner  a la gente a “cobrar”  aunque haya poco o nada que hacer y así  reducir  el desempleo. Optimizar  las labores  administrativas no suele estar en agenda.

Criterio errado  que además  va contra la legalidad. Este  gobierno puso límites a nombramientos y todavía no se acoge a ellos, poniendo oídos sordos a reclamos de la nación. Tras el festival de gastos  clientelares es obligación del Estado reorientar el uso de  recursos en busca de eficiencia en sus funciones y de acrecentar inversiones que sustenten  empleos productivos y estables. Al Presidente electo se le atribuyó haberse comprometido a no reducir la nómina pública. ¿Quiere decir que desaprovechará  la oportunidad de hacer lo que nunca se hizo estableciendo como regla  el que nadie podrá cobrar si no trabaja y  no contribuye a la buena marcha del Estado  y así  imponer respeto al patrimonio público?

Infracciones de tránsito graves

En efecto: autoridades de otros   países que protegen  bien  a los ciudadanos (no  las de este territorio de la desidia)   consideran como criminales algunas violaciones a normas de tránsito y  aplican prisión y multas severas a los violadores. Ignorar  la luz roja puede tipificarse como  intento de homicidio. Solo con energía y  severidad al aplicar la ley podremos  comenzar  a poner orden en las vías. Amet merece el apoyo de la ciudadanía. Debe mantener la tolerancia cero al desorden. Pero  que sepa que en  el país abundan los conductores irrespetuosos con  placas oficiales o de alto nivel social y económico. Giran donde está prohibido, transitan  a contra vía y se estacionan en zonas vedadas. Creen  que el  tamaño de sus automóviles les da excesivo derecho a hacer lo que les venga en  gana. Los   arrogantes que se creen superiores deben ser privados de vehículos hasta que paguen las multas como se hace con la gente común y sin cuñas.

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