A propósito del reciente artículo en el Miami Herald en que Roger Noriega maltrata a Leonel Fernández y asegura que Figueroa Agosto regaló US$300,000.00 a Miguel Vargas, he recordado uno de mis encuentros con el hombre aquel, el que dijo “vamos a ver” y dizque no vio nada. No hacía falta. Ya lo había visto todo…
“Quienes no han leído desconocen que en el siglo quinto antes de Cristo, cuando Sócrates andaba descalzo por las calles de Atenas interrogando a toda clase de gente, en esa edad dorada de la antigua Grecia, Pericles mereció ser calificado por Tucídides como ‘primer ciudadano ateniense’, no solo por su destreza como ‘stratego’ o general, sino como promotor de la literatura y las artes, y como constructor de calles, plazas y obras como el Partenón en la Acrópolis”, comenzó a decirme el doctor, como si tuviera urgencia.
Y siguió casi sin tomar aliento: “Hay patrones en la conducta de los estadistas que vienen dados por las circunstancias. A mí me acusaron de obsesionarme con ‘obras de relumbrón’ de cuestionable prioridad. ¡Ay de Santo Domingo sin la 27 de Febrero, la ampliación de la Kennedy, sin el parque Mirador o la Luperón! Je je je… El tiempo vindica lo justo”.
“Ahora”, continuó, “a Leonel Fernández le regatean logros que pocos presidentes latinoamericanos pueden exhibir. La estabilidad, el crecimiento, la seguridad social, las obras públicas… Hay mucha pobreza de espíritu entre quienes le niegan sus méritos, aunque para ser justos fue flojo con los corruptos, pero quizás -si se analiza bien- su propio partido no lo ayuda a elevar los niveles éticos, juzgando a quienes el rumor público embarra con su estiércol”.
Leonel le recuerda a Pericles, dijo: “Su oratoria es desapasionada pero convincente. Su esposa es influyente, como Aspasia en Atenas. Posee garra pero es humilde. Desespera a sus adversarios –y amigos- por ignorarles olímpicamente…”.
Suspiró. Hizo un gesto como si pudiera verme. “¿Sabe usted? Tras treinta años Pericles cumplió su ciclo y cayó del poder. A su valido y asesor Fidias, su Guaroa, como Diandino y Félix Bautista fundidos y hechos uno, lo acusaron de disponer del oro y el marfil de las construcciones; de eso hace 25 siglos. Pericles sigue considerado como el estadista ideal”.
Concluyó: “Para sus enemigos, el peor pecado de Fernández es su paz con el Presidente Medina… ¡Quien dio el 4%!”.