“El vino es como un ser viviente”

“El vino es como un ser viviente”

Su personalidad es jovial pero sobre todo humilde. Lo que se nota a primera vista.

Jamás ostenta de quien es ni de lo que tiene, ni por orgullo, vanidad o complacencia.

También lo podría definir como una gran orador porque es poseedor de ese don excepcional.

Nació en Valencia y proviene de una familia acreedora de un título nobiliario que ha ido de generación en generación y hoy día recae sobre sus hombros. Lo lleva con altura y humildad a cualquier lugar donde vaya.

¿Cómo obtiene su familia este título nobiliario y cuáles son las funciones de un marqués?

Un marqués es un español más, que registra en la historia de su familia una parte importante de la historia de España.

En la mía había un señor común y corriente llamado Juan Ambrosio García de Cáceres y Montemayor, capitán de fragata de la Armada Real, por sus méritos de guerra en el reino de Nápoles. Cuando regresa a España, el Rey, por remunerar su buen desempeño durante su misión le concede el título nobiliario Marqués de Cáceres.

El fallece sin descendencia y lo hereda su sobrino Noguera y a raíz de ahí fue llegando hasta mí.

Este título es más que una distinción honorífica que da el Rey a aquellas personas que a su juicio entiende, se han distinguido por sus aportes a la patria, ya sea un gran médico, deportista escritor, militar o político.

Cuéntenos sobre la historia de las Bodegas Marqués de Cáceres:

Todo comenzó con el fundador de la compañía, el valenciano Enrique Forner, quien tenía la visión de abrirse a nuevas posibilidades con su bodega que se encontraba en la región deLa Rioja.

La familia Forner huyó a Francia donde habían vivido como exiliados como consecuencia de la Guerra Civil española. Allí comienza a elaborar vinos chateaux francés en la zona de Burdeos.

Una vez restaurada la monarquía y la democracia en España, Forner regresa y decide crear la compañía en La Rioja, donde solo se conocían aquellas bodegas de vinos a granel, las cuales vendían vinos a los trabajadores que lo tomaban a la hora de almorzar, poniendo en practica todos sus conocimientos. Mi padre, abogado y banquero era muy amigo de Forner, entra a la compañía atraído por la ilusión de su amigo de empreder este proyecto.

Es así como llegado el momento de crear la compañía de manera formal, aparte de una serie de agricultores de la zona y un grupo de empresarios valencianos, dentro del grupo había uno que era marqués, ese era mi padre, y llega el momento esperado de bautizar la criatura “la cosecha del 70” Deciden todos a una ponerle el nombre de “Marqués de Cáceres”.

Usted es el actual consejero y relacionista de la marca. ¿De qué manera se ha involucrado con esta?

Luego de la muerte de mi padre me tocó continuar con el patrimonio de la bodega y a su vez, por sucesión, heredo el título de marqués.

Fue así como me dije ¿por qué no aprovechamos que existe físicamente un título nobiliario y que no soy nada tímido para hacer contacto con las personas?.

Así me propuse aportarle cierta imagen y prestigio a la marca Marqués de Cáceres, y al tema de los vinos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

También me he vinculado más a la bodega, con la realización de viajes, charlas de vinos y la asistencia a evento puntuales.

Te cuento, una vez se me ocurrió firmar las botellas y personalizarlas, como hacen los escritores con sus libros, y fue todo un éxito. Desde entonces siempre ando con un bolígrafo dorado firmándoles la botella a los clientes.

¿Cómo ha favorecido esta estrategia a la marca? Gracias a ella pudimos lograr que en la Casa del Rey, en banquetes especiales, se consumieran los vinos Marqués de Cáceres en múltiples ocasiones.

Los abuelos del actual rey celebraron Las Bodas de Oro en Barcelona en el Palacio Real del Pardo, siendo nuestro producto el servido durante la recepción.

Para este evento me encargué de crear una etiqueta especial que decía “Bodas de Oro” de sus majestades Los Condes de Barcelona, Palacio Real del Pardo.

¿A qué cree usted que se deba la aceptación a nivel mundial del vino español? El vino español se ha abierto al mundo. Antes era un desconocido y el mundo giraba en torno a los vinos franceses e italianos. Pero desde que los empresarios españoles crearon sus propios vinos y dieron a conocer a la gente su inmensa calidad, la realidad es otra.

¿Qué ha legado en usted en el mundo del vino? Pues en Valencia se creó un Club de Enófilos que nace cuando la factoría Ford se instala allí.

Los ingenieros ingleses se cuestionaban por qué no había un club de vinos, teniendo tan buena calidad nuestros productos, entonces ellos crearon el club.

Cuando el director de Ford se marcha hacia Argentina a montar otra factoría, me pasaron la responsabilidad del club.

De vez en cuando voy y realizamos dos o tres catas en el mes, de las diferentes bodegas.

¿Qué es lo que más disfruta de la vida vitivinícola?

Disfruto ver el proceso de selección y clasificación de las uvas; es impresionante ver cómo de una pequeña uva se puede hacer un buen vino.

¿Cómo describe su pasión por esta carrera?

Este es un camino donde si crees que llegaste al final, te caes. Siempre hay cosas nuevas que aprender y hay que reinventarse.

Actualmente ¿cómo ve el mercado local en cuanto al mundo de los vinos?

Pues veo una fase de muy buen desarrollo del consumo del vino. Las personas primero tienen curiosidad y luego desarrollan un afán por saber de vinos.

Antes era pedir un vino cualquiera, no pedían marcas ni detalles, pero ahora el dominicano va exigiendo marcas y buscan variedad y calidad. A la larga esto aumenta el número en las ventas y una mayor difusión de la cultura del vino.

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