El votante expresó
su sentir electoral

El votante expresó <BR>su sentir electoral

El resultado de las elecciones del pasado domingo es necesario ubicarlo como el apabullamiento del Estado en contra de una oposición opaca, con pocas ofertas y exhibiendo la desesperación de disfrutar del dinero del Tesoro Nacional.

El arrastre de los candidatos oficialistas casi fue de la magnitud como lo señalaban sus encuestas dirigidas mediáticamente, que vaticinaban un triunfo total en todas las provincias para un control absoluto del Congreso.

La oposición no supo capitalizar la petulancia y la prepotencia oficialista, que no vendieron rumbos nuevos para esta gestión de seis años, solo se afianzaban en expresiones populares como “siempre pa’lante, nunca pa’trás”, de manera que el ciudadano conservara la creencia de una capacidad que se ve arropada por la corrupción en el disfrute del poder.

De ahí que a la principal fuerza opositora, el PRD, puede proclamar a pleno pulmón que el Estado lo derrotó, como lo gritara en el 2008 un pretendiente peledeísta a la candidatura presidencial, cuando fuera avasallado por su rival de entonces, y de siempre, que es el actual Presidente de la República.

Lo más destacado de los resultados del pasado día 16 fue el descaro, que sin importar lo que piense la ciudadanía, tanto nacional como extranjera, en el uso de los recursos del Estado al invertir generosamente para afianzar las candidaturas del PLD y de sus aliados.

Pese a la tregua decretada en los días previos a las elecciones, el otorgamiento de dadivas, desde artículos diversos para el hogar, dinero y comida, no se detuvo y en especial en la reparación de calles y carreteras en una impresionante labor de asfaltado que de seguro frenará su ritmo después de las elecciones.

Hasta los apagones disminuyeron, pero el mismo día 16, en sectores que desde hace tiempo no conocen la falta de energía, se vieron privados del servicio pero no por un tiempo muy largo. Por lo que la jactancia de la CDEEE de decir a viva voz de que no ocurrirían apagones se esfumó con la realidad del sistema eléctrico nacional. Pero el pueblo no podrá disfrutar de los resultados de las elecciones por estar sumamente preocupado y atemorizado por la tragedia del viernes pasado en La Francesa con el asesinato de tres personas a manos de sicarios protegidos por el narcotráfico. Con esa acción se afianzan en su poder y se burlan de las autoridades, sin saber qué hacer, confirmando en la percepción del país que ellas están altamente contaminadas por la frecuencia de los ajustes de cuenta y asesinatos por encargo. De lo poco positivo del resultado de las elecciones, es que veremos en acción a algunos jóvenes políticos, que creyendo en sus motivaciones de ser algo distinto a sus colegas de más años, podrían impulsar nuevos vientos de renovación en una desacreditada clase política, que desde 1962 ha impedido un desarrollo de más justicia y prosperidad para la Nación.

La extraordinaria tasa de abstención que se registró el domingo, confirma que estas elecciones nunca estimulan al votante a acudir a las urnas y confirman el desencanto y desengaño de la ciudadanía hacia su clase política cada vez más engreída por sus correrías financieras y de la buena vida.

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