El voto directo, el voto de arrastre y dos errores

El voto directo, el voto de arrastre y dos errores

Muchos piden boletas de senadores y diputados separadas con argumentos equivocados: que los diputados arrastran a los senadores y que la constitución ordena el voto directo.
Primer error: el arrastre. Aquí existe un sistema electoral que utiliza lista plurinominal cerrada desbloqueada (con voto preferencial) en la que todos los votos se suman para el partido, con esta suma se determina qué partido gana la senaduría y cómo se reparten los escaños proporcionales entre el que gana y los que pierden.
Se trata de un saco común: la boleta del partido. Si un partido es marcado en cualquier lugar de su recuadro ayudará a su senador y a su lista de diputados a ganar escaños. Es más, según Maurice Duverger, en una lista plurinominal usted no vota por un diputado, vota por todos y señala a uno para que en la eventualidad de que el partido gane un escaño, ese sea quien lo ocupe. ¡El partido es el único que arrastra a todos! Cambiar esto es reducir el papel de los partidos políticos.
Segundo error. La Constitución ordena que el voto sea directo. Sí, pero voto directo significa otra cosa. No significa que el votante tenga que marcar cada candidato. Henri Capitant lo define así: “Voto dado en una elección (ver esta palabra). […]en lo concerniente al poder electoral del elector, se distingue el sufragio directo y el indirecto.”Seguimos con Capitant. “Sufragio directo: Sistema electoral en el cual los electores nombran directamente al elegido o elegidos.” Veamos más, “Sufragio indirecto: Sistema electoral en el que el cuerpo electoral nombra sólo electores de segundo grado, los cuales les eligen al elegido o elegidos”.
Es claro, la concepción de algunos sobre voto directo es errada. ¡Ningún diccionario jurídico, define el voto directo por la característica de tener que marcar a cada candidato!¡Y ese nunca ha sido el espíritu de la Constitución!
Es más, es tan imprudente interpretarlo así que, si se separan las boletas para senadores y diputados, por la misma razón habría que separar también la boleta del presidente y el vicepresidente, ¡Porque el presidente arrastra al vicepresidente! Lo cual también violaría el supuesto derecho a elegir “directamente”. Así pasaría con los diputados nacionales, de ultramar y del Parlacén. A todos habría que separarles las boletas. Todos los dominicanos tendríamos así el derecho de marcar al candidato a presidente que nos guste separado del candidato a vicepresidente que nos guste.
Todos podemos exigir y hasta inventarnos el sistema que creamos conveniente. Pero como abogado y como legislador no puedo pasar por alto los errores señalados, porque sería ofender siglos, muchos siglos de estudios de leyes que no nos las inventamos los dominicanos improvisando, sino que nos vienen de las grandes civilizaciones y democracias occidentales, que, aplicadas en casi todo el mundo, han demostrado que funcionan, con sus defectos, pero funcionan.

*Abogado y legislador

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