Ministros, responsables de las principales empresas energéticas y expertos procedentes de 72 países convergerán a partir de este martes en Argel para discutir el futuro del sector en la XXV edición del Foro Internacional de Energía (IEF).
El que es considerado uno de las cónclaves más importantes del ramo a nivel mundial queda este año marcado, sin embargo, por la reunión informal que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) celebrará a su margen.
El encuentro pondrá sobre la mesa el pulso que libran los 14 miembros del cartel por la estabilidad del mercado y podría transformarse en una reunión extraordinaria capacitada para adoptar decisiones definitivas, según reveló hoy el ministro argelino de Energía, Nureddín Boutarfa.
“Esta era una rueda de prensa para hablar del foro, pero veo que todas las preguntas giran en torno a la reunión de la OPEP”, dijo con cierta ironía el ministro antes de reconocer que este encuentro ha devenido en una cita fundamental.
En opinión de Boutarfa, la situación ha empeorado desde el verano, lo que obliga a la OPEP a acordar lo antes posible un mecanismo que permita alcanzar la meta a la que todos aspiran- empujar al alza el precio del barril de crudo.
“Todos los países estamos de acuerdo en que esta situación no es sostenible y en la necesidad de la estabilización, pero debemos hallar una fórmula que beneficie a todos y esto será responsabilidad de cada país”, indicó.
En esta línea, Boutarfa argumentó que el problema reside en que el actual desequilibrio “neto” entre la oferta y la demanda de crudo -en favor de la primera- ancla el precio por debajo de la horquilla de los 50-60 dólares por barril, lo que perjudica a los productores más pequeños e impide nuevas inversiones.