El yin y yang de las redes sociales

El yin y yang de las redes sociales

A un ser humano irrepetible, José Francisco.
Parte III
En los dos artículos anteriores, ofrecimos una explicación detallada del significado de las redes sociales para la vida del ser humano de hoy. En este resumimos los efectos negativos, así como sus triunfos.
¿Por ejemplo?
– Elecciones adulteradas: los Estados Unidos, en el 2016, entregaron una acusación de más de 1000 páginas al Departamento de Justicia, en el que narraba maniobras tecnológicas dirigidas desde San Petersburgo, para influenciar las elecciones presidenciales. Igualmente, la oficina de Rusia a través de su Departamento de Desinformación incidió en las elecciones de Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Austria e Italia.
– Factor de riesgo para los adolescentes: un estudio de la Universidad de Córdoba, (UCO) en España (2018) demostró que las redes sociales se pueden convertir en un factor de riesgo para la autoestima de la juventud. Asimismo, determinó cómo afecta su uso sobre la autopercepción de la imagen corporal entre las personas jóvenes. Entregarle a un niño y a un adolescente la potestad para manejar las redes, sin apropiada supervisión, es como entregarle un arma.
– Afección de la salud mental: Ethan Kross, profesor de la universidad de Michigan, considerado uno de los líderes del mundo en las investigaciones de los efectos de las redes sociales, en un estudio encontró lo siguiente: “En apariencia, las redes proporcionan un recurso inestimable para satisfacer la necesidad humana de conexión social. Pero en lugar de mejorar el bienestar, hemos encontrado que a veces lo socava”.
– Desinformación y atentado contra la privacidad: en esta semana explotó uno de los escándalos políticos más grande en los últimos 55 años que llevo estudiando la economía y la geopolítica de Estados Unidos y las grandes naciones del mundo. ¿Cuál es el escandalo?: la firma Cambridge Analystica, con sede en Inglaterra, intervino la cuenta sin la aprobación, de 50 millones de usuarios de Facebook y procedió a utilizar los últimos avances tecnológicos, y con ello crear lo que se llama perfiles psicométricos. Este hecho permitió que se llevara a cabo una campaña de desinformación en el último proceso electoral. Actualmente, el gobierno inglés, el norteamericano, etc. anunciaron una investigación profunda de Facebook. Las redes sociales actualmente no están ceñidas a ningún tipo de regulación. Ante lo acontecido es evidente que los gobiernos de las naciones occidentales se aprestan a regularlas.
Sin embargo, es fundamental concluir que, sin la existencia de las redes sociales, no se hubiese aparecido las tres grandes revoluciones (globalización, tecnológica y gerencial). Revoluciones que cambiaron, dramáticamente, la economía, la estructura cultural y social del mundo. Las redes sociales, pues, tienen su lado negativo: cuando se usa para desinformar. Pese a esto sus números de usuario aumenta sustancialmente cada día.
Hemos tocado lo positivo y negativo en un momento de introspección en un periodo luminoso de mi vida. Desde el 1952, cuando tenía 11 años, hasta el 1955, pasábamos los veranos especialmente el mes de agosto, en Guayacanes. Mi padre a José Francisco y a mí, nos ponía a leer. Luego nos sometía a un escrutinio fuerte para que determináramos el significado profundo de los libros leídos. Ahí fuimos desde los griegos a los romanos, el proceso de la Segunda Guerra Mundial y novelas del s. XIX, que él entendía que eran fundamentales en el proceso de cultura. Recientemente, mientras estructuraba este artículo pensé en un libro que mi padre nos entregó a ambos: Historia de dos ciudades de Charles Dickens: Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto…”.

Investigadora asociada: Andrea Taveras.

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