Desde los seis años, para el cantautor cubano Elain la música se convirtió en su razón de ser. Su pasión fue tal que hasta aprendió a tocar la guitarra solo, a pesar de que sus padres no querían que fuera músico, por la mala fama que tienen muchos de los artistas.
A los 16 años empecé a trabajar profesionalmente la música con Los Hijos de los Papines, una agrupación muy famosa de Cuba, dijo Elain, quien además obtuvo experiencia en la orquesta de Pachito Alonso y sus Quini Quini. A principio de este siglo, Elain decide lanzarse como solista y experimentar con diversos sonidos.
Con dos álbumes ya publicados -Elain y El disfraz de la luz- el cantautor va a hacer realidad uno de sus sueños y es el de trabajar diversos proyectos con el merenguero Johnny Ventura.
Al maestro lo conocí en un evento que se hizo en New York para ayudar a niños latinos. Él se me acercó y me dijo que le gustó mucho lo que hice. Esto fue muy importante para mí porque yo lo sigo desde niño, dijo Elain.
Uno de esos proyectos es que Elain va a producirle un álbum, que será diferente totalmente de lo que Johnny ha hecho.
Ambos tienen otras cosas en carpeta, que a su debido momento van a anunciar.
Nueva producción. A su segundo álbum El disfraz de la luz, Elain lo define como una producción en que compila todo lo vivido musicalmente. Está integrado por composiciones suyas, y algunas en colaboración con Jorge Luis Piloto, Pepe Horta, Yoel Hernández y El Chino Dreadlion. También tuvo la oportunidad de que el maestro Arturo Sandoval grabara en el álbum.
Son canciones que el universo me ha echo el favor de mandarme. Este álbum fue como un experimento de vida y musicalmente, afirmó Elain.
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Una responsabilidad
Elain considera que escribir una canción es una gran responsabilidad, por lo que trata de hacer esta faceta con mucho respeto.
Una canción para mí es plasmar un sentimiento, es darle algo positivo, algo en qué creer, en qué soñar o seguir. Eso es lo que me enamora de hacer canciones.