EDUARDO KLINGER PEVIDA
Uno de los aspectos mas sensibles para la economía de la República Dominicana en la actual coyuntura nacional y en el marco de las tendencias prevalecientes en los mercados internacionales, es el de dotarse de una gran y eficiente plataforma exportadora.

Las intenciones de liberalización de los mercados internacionales, la concertación de acuerdos de libre comercio y la necesidad ineludible de inserción pro activa en el mercado mundial, levantan desafíos muy serios para las economías de los países llamados en desarrollo.

No resulta nada alentador un análisis retrospectivo de las exportaciones del país. Sin embargo, si desglosamos las mismas en sector nacional y el sector de las zonas francas la evolución ha sido bien diferente. Los parques industriales en que se han sustentado las zonas francas nacionales han tenido un impacto positivo, y en general sostenido, en el volumen de exportaciones desde las mismas. Aunque en los últimos años ha habido un desaceleramiento y hasta una reducción de las mismas, especialmente en el sector textil, y aunque en ello han estado incidiendo aspectos críticos de la economía nacional, en lo esencial ello se ha debido a efectos de la situación del mercado mundial como lo es la presencia creciente de China y la India.

El esquema de las zonas francas sigue siendo atractivo para decenas de empresas que se están instalando en el territorio nacional, tendencia que va a ser ahora reforzada al ser prorrogada por la OMC la autorización para mantener ese esquema por lo menos hasta el 2015.

Otro es el panorama de las exportaciones del sector de la economía nacional, o sea, aquel distinto al de las zonas francas, que funciona sin el esquema preferencial de las mismas.

El Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana, CEI   RD, agencia gubernamental con la responsabilidad de promover las exportaciones tiene un reto enorme, porque el problema va mas allá de la promoción y aunque en esto ha tenido éxitos importantes   de ahí el crecimiento de las ventas nacionales en los últimos años y las metas ambiciosas de corto plazo que se ha situado   el desafió nacional no es solo de promoción sino de producir y de producir de manera competitiva.

Es cierto que el país ha logrado recuperar un positivo clima de negocios con creciente transparencia y dinamismo así como estabilidad macroeconómica; es cierto igualmente que se han ido desmontando obstáculos burocráticos que atentaban contra la gestión de negocios y no puede negarse tampoco que se han aplicado herramientas que significan pasos adecuados en la dirección correcta como el uso de los medios electrónicos, la Ventanilla Única de Exportación, entre otros.

Pero hay otros muros que derribar. Sin dudas el tema eléctrico es uno de los grandes problemas que enfrenta el empresariado nacional para poder producir en términos competitivos, así como desarrollar una infraestructura productiva adecuada, el esquema de financiamiento y la capacitación. Todo ello obviamente es responsabilidad del gobierno.

No obstante, la empresa privada tiene también su segmento de responsabilidad. El empresariado nacional tiene que responder al desafió exportador que enfrenta el país. Los acuerdos de libre comercio, los procesos de liberalización de mercados no pueden ser aprovechados solo para importar   el sector importador local es el mas poderoso, y esta bien porque de eso se trata la iniciativa privada   sino también, para exportar hacia esos mercados y beneficiarnos de la oportunidad. La exportación eficiente puede ser igual de lucrativa que la importación. El sector privado debe invertir para agregar valor a nuestras exportaciones.

La capacitación si cae dentro del campo de acción del CEI. Yo mismo, como consultor externo, soy parte de ese esfuerzo. Si bien antes, por lo general, el CEI utilizaba mis servicios en la capital y en Santiago, ahora se ha extendido a casi todo el territorio nacional: Neyba, San Pedro, Azua, La Romana, etc.; donde pequeños productores son asesorados para que se incorporen al esfuerzo exportador.

En 1960 el país exporto un poco más de 400 millones de dólares y Taiwán menos de cien. Ahora RD exporta unos 7 mil millones y Taiwán unos 150 mil millones. La RD puede registrar saltos espectaculares en su gestión de exportación aplicando las medidas adecuadas ajustadas a la realidad del mundo de hoy. Seguiré tocando este tema.