Elección de papa Francisco se vive con éxtasis

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Católicos festejan la elección del nuevo papa argentino afuera de la catedral de Buenos Aires, el miércoles 13 de marzo de 2013. El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio fue elegido pontífice y eligió el nombre de Francisco; es el primer jerarca católico latinoamericano. (Foto AP/Victor R. Caivano)

 

CIUDAD DEL VATICANO. AP. En un momento electrizante, la multitud empapada por la lluvia que se congregó en la Plaza de San Pedro estalló en júbilo.   

Antes de eso, los peregrinos aguardaban en orden y con cortesía, dominados por el suspenso y la incesante lluvia. Después hubo un completo caos al hacerse evidente que humo blanco salía de la chimenea de la Capilla Sixtina.   

Las monjas agitaron sus manos por encima de sus cabezas, comenzaron a rodar lágrimas y sonaron cánticos de “Larga vida al papa” por toda la plaza adoquinada.   

Perfectos extraños se abrazaban, abrumados por la emoción. Una joven sollozaba sin control y apenas podía mantenerse en pie. “¡Mama mía, tenemos papa!”, gritaba la hermana Eugenia. “¡Tenemos un santo padre!”   

La elección del cardenal argentino Jorge Bergoglio como el primer papa surgido de un país en desarrollo desató una ola de júbilo en la plaza donde los papas han recibido a los fieles católicos durante siglos. Muchos esperaban un largo cónclave debido a que se escuchaba constantemente que había divisiones entre los cardenales encargados de elegir al sucesor de Pedro tras la impactante renuncia de Benedicto XVI.   

Pero Bergoglio —quien tomó el nombre Francisco— fue elegido con impresionante celeridad luego de cinco rondas de votación y dos días.   

“No puedo explicar lo feliz que me siento ahora”, dijo Ben Canete, un filipino de 32 años, que saltaba de la emoción.   

En medio de la alegría también había la dosis usual de confusión, aunque esta vez no fue por el color del humo como en cónclaves pasados.   

Un grupo de visitantes filipinos estaban convencidos de que el nuevo papa era su compatriota, el cardenal Luis Antonio Tagle.    

Pero no les importó mucho cuando descubrieron que no lo era.   

“No lo conozco, pero no importa. Tenemos nuevo papa”, dijo Marben Moralias, de las Filipinas. “Dios nos sorprendió”.   

Los argentinos en la multitud estaban asombrados. “No puedo creerlo”, dijo una compatriota de Bergoglio.   

Luego de que salió el humo blanco, la multitud enardeció cuando las bandas militares de música de Italia y el Vaticano marcharon por la plaza y subieron por la escalinata de la basílica, seguidos por guardias suizos ataviados con uniformes de gala y cascos plateados.   

Interpretaron la introducción a los himnos vaticano e italiano y la multitud, que sumaba unos 100.000, los acompañó, ondeando banderas de sus países.   

Católicos y no católicos por igual fueron contagiados por la emoción, entre ellos Elizabeth Asher, una estudiante judía de 21 años de la Universidad Estadounidense de Roma.   

“Fue maravilloso ver lo feliz que estaban todos”, dijo Asher, de Montclair, Nueva Jersey.   

Se requirió un minuto de oración en silencio dirigida por el nuevo papa Francisco para que todos se calmaran. Mientras inclinaba humildemente la cabeza para pedir las oraciones de los fieles, la plaza atiborrada quedó en silencio.   

Luego, cuando la multitud abandonó la plaza, continuaron las celebraciones.   

“Estoy muy feliz de que el nuevo papa sea de América Latina. Eso significa que somos un gran pueblo”, dijo Maggy Pena, una inmigrante dominicana de 45 años. “Por primera vez tenemos un papa”.   

———    El fotógrafo de AP Emilio Morenatti contribuyó a este despacho.

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