Las perspectivas electorales para la cita cívica del 15 de mayo venidero las percibo de un solo lado no solo conforme a los diferentes sondeos que endosan entre un 57% y un 62% al proyecto de reelección del presidente Danilo Medina, sino como un ejercicio personal de interpretación del escenario mediático conforme a ver, oír, y honrar al dictamen de la sensatez.
No obstante a las acusaciones de corrupción en que supuestamente incurre este gobierno, conociéndose que corrupción no modifica a un gobierno, sino represión o sofoco económico, caso el primero del presidente Joaquín Balaguer en 1978 y el segundo, de Hipólito Mejía en 2004, en la presente administración no se visualizan esos vectores, no obstante identificar a flor de comentario popular, inequidad en los impuestos que paga la clase media, igual a los ricos.
El presidente Medina cabalga cómodo al encuentro con el certamen cívico porque ha mantenido una inflación menor al 3%, aunque esa cifra oficial no comulga con el real costo de la canasta del primer quintil, y aunque el PIB ha crecido en este gobierno por encima del 5%, esa referencia, en apreciación del gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, no se derrama como el gobernante pretende en sus gobernados, porque el montaje del sistema lo impide y precisa modificarlo.
El 19 de este mes el presidente Medina anunció la escogencia de Francisco Javier García como jefe de su campaña, y se recuerda que Francisco Javier ha ganado todas las campañas con la excepción de la reelección de Leonel Fernández en 2000.
El presidente Medina camina asido con sus aportes innegables a mejorar la calidad de vida de millones, y la ausencia de discurso contundente de su principal contendor, es su gran aliado.