Elecciones 2012: lecturas para ganadores y perdedores

Elecciones 2012: lecturas para ganadores y perdedores

El 20 de mayo el PLD y aliados lograron una victoria indiscutible, el PRD su quinta derrota consecutiva; el licenciado Danilo Medina coronó una exitosa carrera política marcada por el esfuerzo, la tenacidad y una extraordinaria capacidad para organizar y trazar estrategias. También estas elecciones presentan una diversidad de lecturas y de lecciones a los actores participantes.

Lo primero es que a pesar de los esfuerzos del PPH por desacreditar las encuestas profesionales, llegando a difamar a representantes de éstas, lo cierto es que nueva vez empresas como Gallup, P&S, Greenberg, Newlink, Asisa, Benenson y Hamilton demostraron que las encuestas realizadas científicamente predicen el nivel de simpatías electorales en cada momento. Otras firmas, por errores técnicos o por prestarse a falsificar los resultados, han logrado el descrédito, como es el caso del Centro Económico del Cibao, Bendixen, Zogby, Cid-Latinoamericana y otras.

El colmo de estas elecciones fue pretender colocar los sondeos en la calle, los realizados al través del teléfono o páginas digitales, como método superior a las encuestas y es lamentable que medios, e incluso comunicadores y comunicadoras de prestigio, se prestaran a esa farsa.

El PLD obtuvo el triunfo, arrancando el candidato Danilo Medina desde un lejano 33% en agosto de 2011 hasta alcanzar 51.21%, y todo ello como resultado de su discurso de propuestas, el apoyo del Presidente y líder, el endoso de un gobierno con mayores luces que sombras, una excelente candidata Vicepresidencial, un formidable sector externo y catorce partidos aliados.

Hipólito Mejía y el PRD desperdiciaron la gran oportunidad de retornar al poder y lo perdieron por la incapacidad del candidato de unificar su partido, de vender un discurso de propuestas y una sucesión de errores, desde unificar al PLD con las amenazas de meter presos a figuras del gobierno, hasta los  verbales en diferentes escenarios. Esa candidatura creció, como una burbuja, gracias a una serie de circunstancias exógenas, pero la derrota fue obra de las acciones y errores del propio Mejía.

Cuando la modificación constitucional le permitió correr en el proceso interno, Hipólito Mejía apenas contaba con el 5% de las simpatías, logró ganar la convención, situarse en niveles mayores al 55% y concluir con una honrosa votación de 46.95%, que representa una reivindicación frente a los resultados de su gestión de gobierno. Para  el PRD recuperar el poder debe superar las confrontaciones entre los lideres, que tanto daño históricamente ha producido, y que los lleva al extremo de apostar a la derrota del contrario (como ocurrió en 2010 y ahora en 2012) y tratar de relanzarlo en base a una opción que encarne el cambio, lo cual podría ser harto difícil en la medida en que Mejía pretenda ser el líder de la oposición.

El PLD, aunque logró su quinta victoria consecutiva,  debe sentarse a evaluar las razones por las cuales ha descendido desde 49.02% en las elecciones de 2004 a 44.94% en 2008 y apenas 37.73% % en este proceso, y en término de alianzas desde 57.11% en 2004 a 53.83% en 2008 y 51.21% en el actual. El PLD debe cuestionarse como una extraordinaria obra de gobierno y un candidato con tantas condiciones, como Danilo Medina, apenas logra triunfar con 4.26 puntos porcentuales por encima de un candidato con el lastre de haber encabezado una gestión desastrosa, carente de propuestas y tan proclive a cometer yerros.

El PLD, para continuar al frente de los destinos del país y garantizar por varios periodos la continuidad de su proyecto-país, requiere de una reingeniería y un retorno a los principios esenciales que le dieron vida y fortaleza; por supuesto la próxima gestión del Presidente Danilo Medina deberá reencarnar un cambio en el estilo, las caras, las prioridades y los resultados sociales e institucionales.

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