A solo días de las elecciones muchos notan el silencio (comparado con su afán de declaraciones diarias) que hace días lleva el candidato de la oposición Luis Abinader, parece como que aquella alocución funesta, con fondo negro y pésimo lenguaje corporal fue su despedida o que se quedo sin discurso, sin nada relevante que decir en la última semana de campaña.
Muchos dicen que Luis Abinader cometió una cantidad casi incontable de errores en esta campaña, para mí su error ha sido solo uno, tan grande, visible y básico que le persiguió durante toda la campaña.
Sobre los gustos del candidato no sé mucho (parte del error), Luis parece no haber disfrutado nunca de un buen libro, de una buena historia, pues si así lo hubiese hecho entendería la importancia de mantener la coherencia en una narrativa.
El gran error de Luis Abinader fue precisamente no saber construir una historia, una real, que generara interés, empatía y esperanza. Partiendo de que el candidato parecía no entender su papel en estas elecciones, desaprovecho la oportunidad de como producto nuevo mostrar su ¨valor añadido¨ y prefirió posicionar su nombre resaltando el de la competencia.
No sé si fue falta de disciplina y cooperación para dejarse guiar por quienes le asesoraban, o si fue falta de asesores capaces de articular una campaña coherente y creíble, con un mensaje atertizado y central que al menos le diera a Luis la visibilidad e importancia que estaba presto a recibir en esta contienda.
En comunicación política (storytelling), como en la vida, contar historia es fantástico, es un recurso ganador siempre que sea bien empleado, L. Abinader un candidato, nuevo, fresco en el tradicional panorama político tenía la oportunidad de comenzar a construir sin tropiezos, pues no había ningún lastre que marcara su camino, este era el momento de contarnos su relato, uno que nos emocionara, que forjara lazos de compromisos por sus causas, que posicionara su nombre por sus valores, que lograra empatía con sus gustos.
Pero claro, para narrar debe haber coherencia entre principio, desarrollo y final y la coherencia ha sido la gran ausente en la primera campaña presidencial de Abinader.
“Tuve que descubrir y entender mi propia historia antes de poder escuchar y ayudar a los demás con las suyas.” dijo Barack Obama.
Tal vez a Luis le falto conocerse más, trazar una hoja de ruta clara y apegada a la realidad, un guión, una estructura que le permitiera desarrollar la narrativa de su propia vida y mantener ese hilo de cordura en todo lo que ha dicho y hecho sin mostrar la inexperiencia y hasta torpeza para superar una carrera que no es de velocidad sino de resistencia.
Lo hecho ya está y al final esperamos los resultados en cifras que nos confirmen la derrota electoral que ya todos intuimos, lo que continua y definirá su futuro es ver su capacidad para administrar esa derrota.