Dos días después de las elecciones presidenciales, la situación en Venezuela es extremadamente tensa. Dos personas murieron ayer en las manifestaciones que estallaron en Caracas al día siguiente de la controvertida reelección de Nicolás Maduro.
Mientras muchos países cuestionan la sinceridad de los comicios, muchos de los 7.000.000 de venezolanos que viven en el extranjero comparten la sospecha de fraude. Es el caso, en particular, de Argentina, como pudo comprobar Théo Conscience, corresponsal de RFI en Buenos Aires.
Para Rómulo Meléndez, como para la inmensa mayoría de los venezolanos de Argentina, la proclamación de Nicolás Maduro como presidente por la autoridad electoral venezolana este lunes, fue vivida como un mazazo.
“Estábamos ilusionados, muchos queremos volver. Sabíamos que iban a hacer trampa, pero dada la cantidad de personas que quieren el cambio, no le iba a alcanzar, iba a tener que entregar [el poder], dice a RFI.
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Más allá de la falta de transparencia del resultado del escrutinio denunciada por varios países, otro venezolano, David López recuerda que sólo una ínfima minoría de sus compatriotas que viven en el exterior pudo votar el domingo. En Argentina, sólo 2.500 de unos 200.000 miembros de la diáspora pudieron inscribirse en los padrones electorales.
“A mí me inhabilitaron, no me dejaron. Al principio pusieron muchas trabas para inscribirnos, que teníamos que tener la cédula, el pasaporte vigente, mil y un requisitos, pero igual, al fin y al cabo, cumpliendo todos los requisitos igual no te habilitaban para votar”.