Washington— Pese al constante escepticismo de Donald Trump sobre la fiabilidad de las elecciones, muy pocos votantes que acudieron el martes a las urnas encontraron problemas, e incluso los desperfectos que se presentaron fueron los habituales, como máquinas que se descompusieron y largas filas para votar.
Los días previos a las elecciones fueron tensos, con acusaciones infundadas por parte del candidato presidencial republicano acerca de que los comicios estaban amañados y temores de que los hackers atacaran el sistema electoral.
El día de las elecciones, Trump reiteró sus acusaciones, luego de que su campaña anunció que solicitaba una investigación en el disputado estado de Nevada, ante los reportes de que algunos centros de votación anticipada permitieron que las personas se formaran luego de la hora programada de cierre.
Cuando se le preguntó en Fox News si aceptaría los resultados del martes, Trump se mantuvo con objeciones. “Veremos cómo transcurre el día y ojalá todo salga bien y ojalá no debamos preocuparnos de nada”, dijo Trump. Más tarde durante la entrevista aseguró que “es un sistema amañado extensamente”.
Las preocupaciones sobre intimidación de votantes y fraude provocaron una serie de demandas en los días previos a las elecciones, y las nuevas regulaciones en más de una docena de estados tienen el potencial para sembrar la confusión en algunos centros de votación. Pero, al menos en las primeras horas, la mayoría de los problemas fueron rutinarios, de los que suceden en todos los comicios, tales como filas, desperfectos y algunos problemas con las boletas o los padrones.
Un votante de New Jersey reportó que llevaba tres horas formado porque había muy pocas máquinas para votar en su centro de voto en Jersey City. En Texas, un desperfecto en una computadora en Houston obligó a enviar a los votantes a otro lugar a más de tres kilómetros (dos millas) del lugar. El funcionario electoral John Oldham dijo que la consola fue reemplazada por otra y se reanudó la votación. Andrea Patience, una técnica farmaceuta de 50 años de edad, fue una de las personas que estaba formada cuando surgió el desperfecto técnico. Dijo que esperó una hora a que fuera arreglada.
Patience dijo que había una fila de unas 100 personas en ese momento y que casi la mitad de ellos se fueron. “Había muchas personas molestas”, comentó Patience. “No sé si volverán más tarde u optaron por no votar”. En Utah, los funcionarios electorales dijeron que los problemas con las máquinas en el sur del estado obligaban a usar boletas de papel, lo que podría afectar a decenas de miles de votantes que aún no habían sufragado.
Un problema técnico en el condado Durham, North Carolina, bastión demócrata en un estado que ha sido clave para la contienda presidencial, causó largas filas luego de que las autoridades electorales tuvieron que optar por un proceso de votación a mano. También hubo reportes esporádicos en North Carolina de personas que acusaban que no aparecían en el registro electoral pese a que se habían inscrito.
La pregunta este año era si habría problemas extensos que indicaran un patrón de fraude o intimidación de votantes. Trump había insinuado que Filadelfia era uno de esos lugares propensos al fraude electoral.
El fiscal de distrito de la ciudad, Seth Williams, dijo pasado el mediodía que su oficina había investigado 68 quejas de intimidación de votantes, máquinas descompuestas y otros problemas, una cifra similar a la de las tres elecciones presidenciales anteriores. Dijo que todas las acusaciones han carecido de fundamentos.
En la última semana, los demócratas entablaron demandas en siete estados por los presuntos esfuerzos de los republicanos y la campaña de Trump para desplegar una red de observadores que buscara instancias de fraude. Los republicanos rechazaron las acusaciones de intento de intimidación y los jueces no encontraron pruebas de esos intentos. Aunque había temores de que la intensa retórica de campaña provocaría confrontaciones en los centros de votación, solo se reportaron algunos roces sin mayores incidentes.
En el sureste de Michigan, las autoridades señalaron que afuera de un centro de votación, se presentó una discusión entre una mujer que estaba a favor de la candidata Hillary Clinton y otra a favor de Trump, lo que provocó que un hombre empujara a una de las mujeres y otras personas se involucraran. No hubo arrestos.
Esta es la primera elección presidencial en la que no rige una cláusula crucial de la Ley del Derecho al Voto. Un fallo de la Corte Suprema en 2013 anuló la parte de la ley que obligaba a estados y jurisdicciones con una trayectoria de discriminación racial a someter cualquier cambio en sus leyes electorales a la aprobación del Departamento de Justicia federal.
Esto permitió a varios estados, en su mayoría con legislaturas y gobernadores republicanos, imponer leyes de identificación más estrictas y limitar la votación anticipada. Las impugnaciones de algunas de estas leyes han dado lugar a una serie de fallos que bloquearon o anularon algunas disposiciones, a la vez que ratificaron o restauraron otras. Esto generó temores de desinformación entre los votantes, las autoridades electorales y los empleados de los comicios.
El fallo de la Corte Suprema también llevó al Departamento de Justicia a enviar menos observadores entrenados que en años anteriores, lo cual probablemente reducirá su capacidad para detectar instancias de intimidación y otros problemas en potencia. Mientras tanto, las autoridades electorales se precavían de cualquier intento de irrupción en sus sistemas. Unos 48 estados aceptaron una oferta del gobierno federal de verificar sus bases de datos de votantes y buscar puntos vulnerables en sus sistemas después de intentos de hackers de penetrar en los de dos estados a mediados de año.