Ha permanecido por un tiempo más que prudente y que ningún gobernante le ha asistido el valor de enfrentar y superar de una vez por todas, las instromisiones desagradables de los embajadores de Estados Unidos en nuestro país cada vez que se aproximan elecciones.
Nunca he podido identificar a un embajador nuestro en Washington que se inmiscuya en los procesos electorales de la “gran democracia del norte”, reuniéndose con el tribunal electoral y sugiriendo normas, porque eso se llama intromisión, que concerniente a los Estados, se presume una cuota de soberanía que debe respetarse, porque conforme expresó par la inmortalidad el benemérito patricio mexicano Benito Juárez, : “Entre los países, como entre las personas, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Los diarios del 26 de abril último insertaron la declaración del presidente de la JCE, doctor Roberto Rosario Márquez, admitiendo presiones del embajador o embajadora de EEUU en RD, James Brewster, en que inclusive, le amenazó con retirarle el visado, pero el día 28, expresó que no hay rivalidad entre la embajada de EEUU y la JCE.
El doctor Rosario, que conforme a todas las encuestas ha realizado un trabajo organizativo encomiable para las elecciones del 15 de mayo, ha debido informar al país, es su deber, cuál es la presión que ejerce el embajador o embajadora Brewster, y qué pretende.
Las elecciones del 15 de mayo son las más claras que se han organizado post-Trujillo, debido a que todas las encuestas confirman puntero al presidente Danilo Medina en su intento reeleccionista con 56% contra 38% su único contendor de consideración, y si eso es lo que pretende variar el embajador o embajadora de EEUU, el doctor Rosario tiene que obligatoriamente explicarlo al país.