Elecciones municipales entre deseos y realpolitik

Elecciones municipales entre deseos y realpolitik

Manuel Cruz

Cuando el proverbial filósofo y polímata griego Aristóteles escribió su célebre obra titulada Zoonpolitikón,en ella externó que el hombre es el eje central de las transformaciones sociopolíticas y que el mismo no puede vivir aislado de la sociedad.

Al parecer, la mayoría de los ciudadanos en todo el mundo entendieron que al ser descritos como animales políticos ese concepto los convertía en cientistas de la política. En virtud de ello, millones de personas ven la política desde la retina de sus ojos, a partir de la distrofia de sus fanatismos o desde la óptica de sus deseos.

La Rumorología como ciencia

La carencia endógena de metodología, de conceptualización y de cosmovisión del dominicano a la hora de abordar temas políticos lo han graduado con honores Summa Cum Laudede especialista en rumorología. A tal punto, que hasta los propios líderes en muchos de los casos terminan habilitando espacios para recibir todos los días un intravenoso de chismes, nimiedades y rumores miembros de sus equipos.

Con ese accionar no se logra otra cosa que envenenar todos los días la ecología emocional del candidato. Además, ignoran aquella sentencia del escritor sirio Publio Siro de que, “para causar un desastre cualquier rumor vale”.

Dentro de ese contexto, se ha construido la anómala idea de que en política cualquiera aporta y de que nadie es dueño de la verdad. Por eso, hoy con mucha facilidad puedes encontrar en un cuarto de guerra a pelafustanes cuya preparación es que reciben muchos chismes de los barrios de habitan y otros expertos en likes.

Asimismo, en muchos otros casos puedes presenciar una policefaliatransversal que no permite entender en realidad quien diseña las estrategias y las tácticas;si los consultores políticos o las epifanías de los áulicos y las vesanias de algunos familiares. Eso significa, que en política hasta los indoctos encuentran quien los trate como científicos.

Situaciones extrañas

La complejidad y la importancia capital que tienen estas elecciones municipales de cara al próximo 17 de mayo, han propiciado que estén matizadas por el principio bíblico consagrado en 2da de Corintios 4:18 extrapolado al plano político como las cosas que se ven y las que no se ven. En efecto, por esa miopía domestica de las elecciones que aun subyace en la psiquis del dominicano todavía no entienden en la mayoría de todos los partidos que el legendario filósofo chino y maestro de la estrategia militar SunTzu estableció, “que genio es quien tiene la capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose según quien sea el enemigo”

Desde esa perspectiva, nadie puede olvidar que la política es una guerra y que para ganarla hay que estar conscientes de que no todas las batallas se pueden ganar; aun las emociones y los deseos particulares o de colectivos reducidos se puedan ver afectados. Por tal razón, en todos los partidos hay acciones que a sus militantes les resulta incomprensibles, descabelladas y en algunos casos hasta inaceptables.

Por ello, se debe tener en cuenta que estas elecciones han compelido a los partidos a un laborantismo frugal y permanente. En conclusión, en estas elecciones no hay espacios para el fanatismo, los deseos, el superyó ni para candidatos con conductas repipi.

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