Elecciones primarias y descalificación de los candidatos

<p>Elecciones primarias y descalificación de los candidatos</p>

AMANDA CASTILLO L.
Los partidos políticos deberían tener cierto cuidado en la realización de sus elecciones internas, para la selección del candidato a representarles en la contienda electoral del 2008. Y es que la modalidad de la realización de la campaña interna puede afectarlos a todos, en tanto que se descuidan al descalificarse mutuamente los contrincantes, recurriendo a los más aberrantes descalificativos en pro de poner en evidencia que alguien puede ser mejor que otro.

Persiguen que al final uno gane embarrado por los calificativos desvalorizantes, que los mismos miembros de su partido derramaron sobre él, sin medir, ni analizar que ese discurso desvalorizante de alguna forma permanecerá en el inconsciente colectivo de los posibles y eventuales electores del partido y de los extrapartidos no militantes, esa opinión publica, silente, distante y observadora, cansada y aburrida de tan poca calidad en la oferta política.

Destruir la imagen de un posible candidato a la Presidencia de la República, en las elecciones primarias, por el cual al final de cuenta terminarán votando todos los militantes del partido, plegándose por aquello de que “es mejor estar mal en el poder que bien en la oposición”. Solo que para un ciudadano cualquiera no militante, las descalificaciones usadas para vencer en la contienda interna, permanecerán como una variable determinante a tomar en consideración cuando se trata de seleccionar a un candidato idóneo, capaz de gobernar eficientemente y administrar de manera transparente un país para el bienestar de todos.

Así que los del PRD deberían cuidarse de los decires hacia Vargas Maldonado y Milagros Ortiz. Como los del PLD lo que dicen de Danilo y los danilistas del  presidente Fernández que aun se desempeña como tal, y los PRSC del señor Estrella y del licenciado Amable Aristy Castro. Todos sabemos que el ser humano es capaz de muchas cosas, pero los votantes observadores silentes quisiéramos creer que existen individuos capaces de tener cierta ética existencial mínima, dentro de la cual, ellos, los candidatos, se permitan el lujo de ser medianamente coherentes ante un elector común y corriente, que no vive de la política, que no necesita un carguito para situarse social y económicamente y que además es inteligente, y lo pensará bien antes de colocar su voto para beneficiar a alguien que hemos visto descalificado vergonzosamente por los mismos miembros de su propio partido, ya que cuando el río suena es porque agua trae.

Por demás siempre podemos poner en valor nuestras cualidades sin necesidad de insultar y atropellar al contrincante. Elevemos el nivel de discusión, seamos más elegantes, lo estamos necesitando.

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