PARÍS (EFE).- El otoño-invierno 2006-2007 será negro, lo han dicho estos días muchos de los modistos del pret-a-porter de París y lo confirmó Elie Saab, uno de los grandes artistas programados en la última jornada de esa intensa semana de moda.

Cuando el negro no esté solo, característica más frecuente y más sólida para estar segura de su elegancia el próximo otoño-invierno 2006-2007, lo mejor será acompañarlo de blanco, según las propuestas de París.

Negro fue el color dominante de la pasarela del modisto de la reina de Jordania, Elie Saab, que buscó inspiración en los fastos de la Viena imperial y romántica y de una Sissi emperadora vestida de terciopelo, negro, por supuesto, adornado con guipures, pasamanerías y puntillas.

En el “matrimonio” buscado entre la opulencia eslava, con pieles de visón, zorro o astracán, y la elegancia europea, el artista libanés encontró en las incrustaciones y bordados exquisitos de azabache, lentejuelas y pieles, sus mejores aliados.

 Entre el sinfín de propuestas y siluetas evocadas en París desde el pasado 26 de febrero, el próximo invierno será –además de gótico y rockero– gris y dorado, en jerséis, faldas, chaquetas, bolsos, zapatos o pantalones, todo siempre dentro de un cierto minimalismo especialmente apto para conquistar a la clienta neoyorquina.