ADALBERTO DE LA ROSA
a.rosa@hoy.com.do
La crisis alimentaria mundial podría tener efectos positivos para el país si se vuelve la mirada hacia el campo con políticas y tecnologías para desarrollar la agricultura y levantar infraestructuras que incrementen la productividad, lo cual garantizaría el abasto de los productos de consumo nacional, y si se aprovecha también los nichos de mercados internacionales, comentó ayer el agrónomo Eligio Jáquez.
Reconoció lo paradógico que resulta que unla crisis de alimentos haya venido a ser como una salvación para la agricultura en todo el mundo, porque ahora todo lo que se produce encuentra un mercado cómodo. Dijo que se ha registrado un déficit de alimentos en los centros de abastos mundiales y lo único que hay que hacer es ofertar un producto con calidad para adueñarse de una plaza.
Recordó que la agropecuaria entró en un proceso de decadencia a partir de los años 50, cuando en el mundo comenzaron a aparecer otros métodos de generación de riqueza como las zonas francas, el turismo, el desarrollo de la industria y las remesas.
Pobre del gobierno que no entienda eso y no comience a hacer inversiones cuantiosas en el desarrollo tecnológico de su agropecuaria. Nosotros, sin descuidar el turismo, la capacidad industrial, empresarial, las zonas francas y las remesas, debemos hacer en cada zona de producción del país una especie del metro de Leonel, sugirió.
El ex secretario de Agricultura y del Instituto Agrario Dominicano percibe que el país conserva aún toda su potencialidad agropecuaria, por lo que si es bien aprovechada, podría tener efectos de protección y desarrollo ante la amenaza que pende contra la humanidad, que la empuja al holocausto y al exterminio por los altos precios de los alimentos.
La gente, cuando no tenga que comer y sienta que de todos modos va a morir, no le importará cometer cualquier tropelía, sabiendo que como quiera su vida está en peligro, alertó el ex titular de Agricultura.
Dijo que el país tiene la gran oportunidad de retomar los programas de invernaderos, de construcción de frigoríficos para los productos perecederos que reducen la pérdida pos cosecha y las oscilaciones de los precios en los mercados. Insistió en que también es el momento de terminar el proyecto Merca Santo Domingo, que facilitaría una mayor estabilidad en los precios.
Consideró que el país debe aprovechar la coyuntura y hacer del sector agropecuario una fuente vigorosa, que genere más dólares, estabilidad y empleos, para que el campesino no tenga que emigar a la ciudad a ensanchar los cinturones de miseria en barrios marginados, adonde viene en busca de oportunidades, porque en el campo no las tiene.
Aseguró que el país está en capacidad de producir un millón de tareas de sorgo o de maíz para repetirla y acumular 8 ó 10 millones de quintales, y no haya que buscar dólares para adquirirlos en el mercado internacional.
Lamentó que Estados Unidos tenga que comprar en Europa 175 millones de libras de tomates, 80 de pimiento morrón y 70 de pepinos, cuando bien pudieran ser producidos en el país, donde no se hace por falta de visión de los gobiernos.
Como forma de preparar el escenario, Jáquez sugiere la inversión en presas como Monte Grande, Joca y Alto del Yuna, que además de producir el agua que necesitan los campos generaría otros beneficios como la energía eléctrica, que junto a los métodos modernos de producción tecnológica, como el riego por goteo, harán que la agricultura deje de ser la cenicienta.
El protagonista
Eligio Jáquez
secretario de Agricultura del gobierno de Hipólito Mejía.
Antes había sido director del Instituto Agrario Dominicano (IAD).
Trayectoria. Fue Secretario de Agricultura y director del IAD . Es productor avícola y de hortalizas. Estudió agronomía en el Instituto Loyola de San Cristóbal y luego ingeniería en la Universidad Mundial`, donde concluyó sus estudios en 1990. Nació el 1 de diciembre de 1949 en Moca, provincia Espaillat. Está casado con la señora María Polanco. Jáquez tiene tres hijos y cuatro nietos.