Elogian vida y carrera de El Indio Fernández

Elogian vida y carrera de El Indio Fernández

POR UBALDO GUZMAN MOLINA
El cineasta mexicano Emilio «Indio» Fernández, de cuyo nacimiento se celebra un siglo, «nació para ser Dios» y buscaba constantemente la adoración, afirmó Adela Fernández, su hija, quien visita la República Dominicana por primera vez.

Con voz suave y evidente timidez, Fernández, escritora, cineasta y guionista de cine y teatro mexicana, dijo que su padre fue un personaje amplio, profundo, misterioso, contradictorio y sorpresivo.

Expresó que «Indio» fue un hombre cariñoso, el «que mejor sabía enamorar a las mujeres y que mejor sabía abandonarlas».

 Cuando tenía nueve años le ocurrió un hecho que lo marcó toda la vida: encontró a su madre con un amante, a quien mató y luego se enroló en la revolución.

Ese hecho provocó la misoginia de su padre, quien solía decir: «Todas las mujeres son putas y si no lo son, ya lo fueron y si no lo han sido, ya lo van a ser».

La visita de la escritora Fernández se inscribe dentro de la proyección de una serie de filmes de su padre en Cinemateca Nacional.

Fernández habló en el conversatorio, organizado por la embajada de México, la Cámara Dominico-Mexicana y la Fundación Corripio. Se celebró en el salón de actos de la Fundación Corripio.

En la actividad hablaron la embajadora mexicana, Isabel Téllez de Ortega; el presidente de la Cámara de Comercio Dominico-Mexicana, Manuel Corripio y el director ejecutivo de la Fundación Corripio, Jacinto Gimbernard.

Asistieron el empresario José Luis Corripio, vicepresidente de la Fundación Corripio; José Alcántara Almánzar, Jorge Tena y Julio César Castaños, vocales de la entidad; el crítico de cine Arturo Rodríguez Fernández, así como Agliberto Meléndez, Angel Muñiz y Humberto Che Castellanos, cineastas.

En el conversatorio formularon preguntas José Luis Corripio, Tena, Rodríguez Fernández y Miguel Angel Velázquez Mainardi, coordinador de los periódicos HOY y El Nacional, entre otros.

El encuentro, dijo Fernández, le hizo recordar algunos hechos, unos que le duelen y otros que le divierten mucho.

Las escenas de amor más bellas del cine mexicano, dijo, están en los filmes de su padre e indicó que al cine mexicano actual le falta alma y espíritu.

La mujer tenía que ser, según su progenitor, obediente, sumisa y, sobre todo, fiel. Dolores del Río fue el amor de su vida.

Explicó que fue un alumno aventajado del pintor Diego Rivera, de quien se llevó de sus consejos. Expresó que su padre fue quien posó para la figura del Oscar.

A su juicio, el cine de su padre retrata un México que no volverá nunca y que se recuerda con nostalgia.

 «Es un México que tuvimos, que es imposible recuperarlo, pero que afortunadamente, gracias a los cineastas, quedaron en la pantalla», dijo.

Recordó que era «un pánico» trabajar con «Indio» Fernández, había un silencio en el set y en una ocasión un técnico tosió y le disparó un balazo.

Era un hombre muy violento y siempre andaba armado. La película que más le satisfizo de su padre, dijo, fue «La Perla».

Fernández expresó que se siente más cómoda con el cuento corto y desea hacer cortometrajes, pero con calidad.

Empezó a escribir a los quince años. Cuenta que fue cariñosa con ella, pero que cuando comenzó a desarrollarse, su padre cambió totalmente y se volvió insoportable.

Cada libro que escribía era para ganarse el cariño de su padre. Cuando su progenitor murió en 1986, se le fueron las ganas de escribir.

«Yo fui disléxica, reprobé toda la primaria (…). Viví un estado de miedo, de terror y de apabullamiento», confesó.

HABLA CORRIPIO

De su lado, Manuel Corripio, presidente de la Cámara de Comercio Dominico-Mexicana, recordó una frase que Marguerite Yourcenar pone en boca de Adriano, en la obra «Memorias de Adriano», cuando dice que tiene que pasar por la innoble tarea de hablar de alguien a quien conoce demasiado. Lo mismo le ocurrió a Adela.

Indicó que Fernández, a veces habla con la precisión de una biógrafa y que sus anécdotas, unas crueles y otras descarnadas, son narradas con ternura.

Dijo que Fernández hizo gala de un excelente sentido del humor y agregó: «Sus palabras, doña Adela, son inspiradoras, inspiradoras, hablando desde el punto de vista del cine».

Cree que la historia de «El Indio» Fernández, atada a la historia del cine mexicano, debe servir de ejemplo a los cineastas dominicanos.

Indicó que la industria del cine dominicano casi tiene cien años de diferencia de la mexicana, pero con la misma ilusión y entusiasmo de los mexicanos.

PERFIL DE ADELA ESCRITORA

Fernández nació en México, el 6 de diciembre de 1942. Ha publicado nueve libros y ha escrito y dirigido once obras de teatro.

Con «La tercera soledad» obtuvo el premio de «Sor Juana Inés de la Cruz» como la mejor obra de 1986, otorgado por la Sociedad de Críticos de Teatro Mexicano.

En 1986 publicó la biografía «Vida y mito de Emilio «Indio Fernández». Actualmente trabaja en otra versión más completa que se titula «Calando hondo».

Es hija del director de cine «Indio Fernández» y de la cubana Gladys Fernández. Su infancia y adolescencia transcurrieron en el ambiente cinematográfico, lo que dificulta sus estudios. Hizo la primaria en 13 escuelas.

Realizó como autora y directora dos cortometrajes: «Claroscuro» y «Cotidiano surrealismo». Escribió los guiones «Tempestaria» y «Mercier y Camier», adaptación de la novela de Samuel Beckett.

Entre las obras que escribió y dirigió figuran «Frente al público, ante la multitud», «Aquarimántima», «La prodigiosa», «La tercera soledad» y «Magia nuestra», así como los monólogos «El sepulturero», «Ciborea, madre de Judas», «Sin sol…¿hacia dónde mirarán los girasoles?», «Alzaduras» y «Feliz a quemarropa».

Fernández ha publicado tres libros de cuentos: «El perro o el hábito por la rosa», «Duermevelas» y «Vago espinazo de la noche». Trabaja en la obra de relatos «Magismo» y en la novela «Tempestaria».

Publicaciones Relacionadas

Más leídas