El preponderante papel de la familia en el aprendizaje

El preponderante papel de la familia en el aprendizaje

El proceso de enseñanza-aprendizaje de los niños no puede realizarse efectivamente  al margen de los padres o tutores del menor, o si estos no crean un vínculo afectivo con los docentes responsables de transmitir conocimientos.

Como el primer espacio de socialización, la familia juega un papel preponderante en la integración de sus hijos en el aprendizaje, por lo que la participación de sus padres en las actividades curriculares y extracurriculares de la escuela no solo contribuye a una mejor asimilación de los conocimientos, sino que también fortalece la autoestima y refuerza el rol social que cada niño desarrolla, dentro del centro escolar primero, y en la vida pública, después.

“La escuela es el lugar donde los niños generalmente pasan más tiempo y están acompañados por los maestros, con los cuales comparten de manera más continua y directa; por ende, si el niño presenta un cambio de cualquier tipo, uno de los primeros en darse cuenta sería el maestro, en muchos casos hasta más rápido que los padres, ya que por el ritmo de vida actual, los mismos comparten muy poco tiempo con los hijos”, expresa la psicóloga Lía Biaggi, del Centro Vida y Familia.

Destaca que la integración de los padres al proceso de educación es sumamente positiva, ya que cuando existe una comunicación constante entre los padres y los maestros, ambos tienen conocimiento de las cosas que pudieran estar afectando al niño y así poder ayudarlo. Esto a su vez favorece la autoestima del menor al ver que sus padres participan, de la manera más activa que pueden, en algo tan importante para ellos como es el ambiente escolar.

“El que el padre esté presente en estas actividades escolares, y hasta en las extracurriculares,  beneficia mucho la relación y el vínculo con los hijos, ya que los niños ven en papá y mamá un apoyo en las cosas que son importantes para él y demuestran que creen en que pueden hacerlas, que a pesar de que tienen mucho trabajo y otras obligaciones, lo más importante para ellos son sus hijos y sacan tiempo para estar con y para ellos”.

Pero la participación de los padres en las actividades escolares no debe convertirse en la asistencia a un simple evento, sino que debe estar dirigida a unificar criterios con los docentes o maestros sobre cómo  ayudar a los menores en casa, de forma que esa ayuda se transfiera a una vida escolar positiva y que permita la evolución del menor.

Es importante que padres y maestros identifiquen las herramientas que deben ser puestas al servicio de los hijos a los fines de que ellos puedan realizar sus responsabilidades escolares de forma adecuada, en un ambiente agradable  y dentro de un tiempo establecido. Además, esa unificación de criterios debe estar dirigida a fortalecer la autoestima del menor, para que asuma el proceso enseñanza aprendizaje con los menores riesgos y una voluntad independiente y  proactiva.

A juicio de Biaggi,  el apoyo otorgado por maestros y padres a los niños no debe estar cargado, ni representar un proceso de tensión, pues el menor lo percibe y entiende la educación escolar, no como un espacio de crecimiento y desarrollo de sus habilidades, sino como uno que lo limita para el desarrollo pleno de sus capacidades.

“En ocasiones, si los padres son muy sobreprotectores, en vez de causar un bien pueden cometer errores; hay que permitirle al niño resolver situaciones sencillas por sí mismo, pero si cada vez que se le presente una dificultad en la escuela, ya sea con la maestra o con otro compañerito, el padre es quien toma las riendas, de una manera implícita le está dejando ver al niño o niña   que no tiene por sí mismo la capacidad para resolver las cosas, lo que lo hace dependiente”.

La experta en niños y adolescentes destaca que esto no significa que los padres deben llevar la independencia del hijo a situaciones extremas, puesto que deben saber cuándo y cómo actuar, muchas veces por sí mismos, y otras bajo la asesoría del profesional de la educación.

 “No es que se llegue a los extremos, ya que si un padre se da cuenta de que su hijo está siendo víctima de ‘bullying’ o de una situación de abuso con un superior, debe intervenir, pero hay que darle la oportunidad de que, en casos no extremos, traten de solucionar las situaciones por ellos mismos, dejándoles saber que como padres están ahí para apoyarlo si necesita de que estos intervengan”, dice Biaggi.

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Lía Biaggi

Es Psicóloga especializada en niños y adolescentes, con consulta en el Centro Vida y Familia, ubicado en la calle Galá No. 9,  de Arroyo Hondo Viejo. Para comunicarse vía mail, puede escribir a  info@centrovidayfamilia.com. El horario de trabajo del centro es de lunes a viernes de 9:00 a.m. a 8:00 p.m. Los sábados de 9:00 a.m a 1:00 p.m.

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