POR CLARA SILVESTRE
Sus temas son evidentemente de crítica, cortan la respiración y llevan a pensar en las difíciles situaciones en la que viven inmersos, y hasta morir, tantos seres humanos. Es su forma de expresarse, es sencillamente su sentir y pensar, de ahí que se sienta sensibilizado y tocado a hacer la denuncia.

De este modo entiende que debe estar informado, porque de ninguna manera podría estar de espaldas al mundo, por el hecho de que “el artista es como un sociólogo, que se expresa a través de las imágenes y las historias actuales. Es como el poeta que escribe por un acontecimiento, en el arte ocurre igual, por eso se identifica como arte contemporáneo”.

Y asimismo se siente y vive como poeta, sensibilizado por el entorno. “Creo que el artista que no sea poeta no es artista, y éste a su vez debe estar acorde con su realidad y su tiempo. Siempre ha tenido la inquietud de expresar cosas en el plano psicológico, político, moral, económico, por eso en los temas que he planteado hago alusión a lo que está pasando”.

Su muestra, “Alerta naranja”, la realizó pensando que el mundo había dado un giro en torno al problema del terrorismo, lo que ha afectado a todos, por eso algunas de sus imágenes son el reflejo de cómo viven en ciertas partes del mundo, y en ese sentido entiende que la gente y el mismo mundo son indiferentes ante ello, lo que no debería estar pasando.

“La gente es indiferente, porque estamos más apegados al bienestar propio y el mundo es indiferente con las cosas que pasan. En mi obra “Menú humano con aguacate”, quise expresar cómo nos comemos a diario unos a los otros y continúa todo indiferente”, agregó.

Al destacar que hay que dedicarle tiempo al taller y estar abierto a viajar y llevar su trabajo al exterior, informó que esta exposición se presentó el año pasado y luego se llevó a Bruselas; en mayo próximo se exhibirá en Puerto Rico y de ahí a otros países. En la actualidad se encuentra trabajando también para una exposición que se llevará a Martinica.

Desde 1998, Elvis Áviles viene trabajando esos temas, prefiriendo especialmente la pintura entre otras disciplinas del arte, “me he dedicado más a la pintura que a las instalaciones. Llevo 23 años pintando, mi mayor trayectoria está en la pintura, aunque todo artista debe ser capaz de expresarse en la fotografía, en la instalación, entre otros, pero reconozco que soy más expresivo con la pintura que con la instalación”.

Destacó el apoyo recibido de su familia, porque reconoce que ellos creyeron en él. Recuerda cuando realizó su primera individual, “Percepción Visual” en el 68, la cual fue una propuesta muy seria y hasta fuerte para la época. Se trataba de grafitis, pero luego dio un giro motivado por los paisajes de Jarabacoa, pero en 1988 retoma de nuevo los cables eléctricos, grafitis, los escenarios urbanos y luego en 1990 presenta los muros, lo que entiende que pasó de una forma más objetiva, abstracta y más poética.

“No empecé haciendo una sola cosa, sino muchas cosas. Primero fui un pintor muy realista y luego me desarrollé. Vengo con una carrera paso a paso, de un proceso de Bellas Artes, de talleres, de información, de viajes y lectura”, agregó.

Por último, dijo que quien está a la vanguardia del arte contemporáneo debe entender que tiene un compromiso con su tiempo y espacio, “el arte es importante, siempre y cuando lleve un mensaje que se torna un relato. Es una forma de expresión, el arte es muy abierto”.