Embajada americana ofrece recepción a tripulación

Embajada americana ofrece recepción a tripulación

La noche regia y el agradable clima que se disfruta en la ribera del río Ozama, enclavado en la parte Oriental de la isla, conjugaron un momento mágico para que un selecto grupo de invitados compartieran durante un encuentro de fraternidad a bordo del buque Mohawk de la Guardia Costera de la Florida, Estados Unidos.

La recepción fue ofrecida por el embajador de Estados Unidos, James W. Brewster en honor a la tripulación de este navío capitaneado por el comandante Adam B. Morrison, de visita de dos días en el país.

Y es que Brewster quiso reconocer la labor que la tripulación de este buque realiza a través de la operación “Resolución Unificada” para combatir el tráfico ilícito marítimo de Puerto Rico, Islas Vírgenes y el Caribe Central.

A pesar de caminar por un inclinado puente en metálico y subir por una escalera empinada, las damas con sus deslumbrastes atuendos, abordaron el buque atracado en el puerto Don Diego, pisando firmes con altos tacones.

Sonriente y puntual, el embajador Brewster, junto a su esposo Bob Satawake, recibió a miembros de la tripulación Mohawk, al ministro de Defensa dominicano, teniente general Máximo William Muñoz Delgado; al jefe de la Armada Dominicana, vicealmirante Edmundo Félix Pimentel, así como también a personalidades del cuerpo diplomático acreditado en el país, representantes de los sectores gubernamental y empresarial.

Mientras esperaban por las palabras centrales del diplomático, Blandine Kreiss, embajadora de Francia, pasó un mal momemento, ya que su madre tuvo una recaída de salud. Anfitriones e invitados, sorprendidos e inquietos observaron como rápidamente, un personal de primeros auxilios acudió a la escena para estabilizar la situación.

Minutos más tarde, el embajador de los Estados Unidos tomó la palabra, y en su discurso expresó que “Mohawk tiene una larga tradición de servicio en el Caribe: como son implementar maniobras para detener el flujo de narcóticos que amenaza la región y promover la migración segura y legal.

Los invitados compartieron de un coctel, mientras entre pláticas, disfrutaban del reflejo de la luna llena en las inquietas aguas del río Ozama.

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