El embajador de Alemania Volker Pellet y su esposa Regine Pellet abrieron las puertas de su residencia para celebrar el vigésimo octavo aniversario de la reunificación de Alemania.
Aquella noche lluviosa no fue impedimento para que los invitados formaran parte de esta significativa fecha que fue perfecta para que Volker Pellet, quien llegó recientemente, conociera a empresarios, políticos y diversas autoridades.
Sin poses, agradable y muy sonriente se mostró el embajador, tanto así que uno de los invitados se le acercó y le expresó: “De verdad que lo felicito, usted es muy simpático”.
Para honrar sus raíces, su esposa vistió con un traje típico denominado “dirndl”, que surgió en el siglo XIX en las zonas rurales.
Pero la noche tuvo más sorpresas: los anfitriones homenajearon el paladar de sus invitados con diversos platillos típicos de su nación que dejaron a muchos extasiados, por lo deliciosos, además de sus famosas salchichas, pretzels, pan alemán, y sus emblemáticas cervezas.
Uno de los postres más ponderados por los invitados fue el berliner relleno de mermelada de fresa, un dulce alemán típico del carnaval, aunque se consume todo el año.