Embajador de Israel celebra fiesta Januka

Embajador de Israel celebra fiesta Januka

POR CAROLIN GUZMÁN
El embajador de Israel, Amos Radian, celebró junto a su esposa Aliza, sus connacionales y  representantes del cuerpo diplomático  la Fiesta de las  Luminarias (Januka), en la que  recuerdan   la victoria de los macabeos y la rededicación del Templo de Jerusalén.

 La ceremonia de recordación inició con     el encendido de las velas de un  candelabro llamado Janukiá  acompañado de un canto que fue entonado por  judíos  residentes aquí. 

 El embajador   explicó  que el candelabro tiene nueve brazos, ocho de ellos de la misma altura, y el noveno en una posición diferenciada  llamado shamash, que en  hebreo significa “servidor”, el primer día se enciende el shamash y con éste se enciende una vela; el segundo día se enciende nuevamente el shamash y con su fuego  se encienden dos velas y así sucesivamente hasta completar las ocho velas en la octava noche.

Los invitados  disfrutaron de las comidas tradicionales de la celebración que consisten en comidas fritas  en aceite, para  recordar justamente el milagro de la jarra de aceite que duró ocho días. Las comidas servidas  son las “sufganiot”, bolas de masa frita en aceite rellenas de dulce, donas, las “levivot” o “latkes”, pasteles fritos de papa rallada.

Tradición Januka

La festividad de Januka es una tradición judía que evoca un acontecimiento ocurrido en el año 165 a.e.c. (antes de la era común) cuando se produjo la reinauguración del Tempo de Jerusalén,  de donde recibe su nombre, ya que Januka, en hebreo, significa inauguración.

 Hacia el año 168 a.e.c., el rey Antíoco ya había saqueado gran parte de los tesoros del  Santuario del Templo,  por lo que se dio   la rebelión contra sus  imposiciones religiosa, iniciada  por una familia. Al extenderse  rápidamente no pudo ser  sofocada por  los ejércitos. La profundidad del verdadero milagro de Januka sucedió cuando  un pequeño grupo de judíos sin armamentos sofisticados pudo vencer al ejército enemigo más poderoso de aquellos tiempos”. Finalmente, en el año 165 a.e.c se produce la expulsión de la guarnición que ocupaba Jerusalén y la consiguiente recuperación del templo por los judíos fieles a la tradición.

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