Embajador dominicano le aclara algunos conceptos a The New York Times

Embajador dominicano le aclara algunos conceptos a The New York Times

Nueva York.-  El Embajador dominicano en los Estados Unidos, Aníbal de Castro, aclaró al periódico norteamericano The New York Times que la República Dominicana no ha disminuido su solidaridad humanitaria hacia Haití, sino que por el contrario es el mayor donante de asistencia a la vecina nación, en los actuales momentos.

Unas declaraciones del diplomático dominicano, publicadas en la edición digital del diario el pasado martes, refutan los planteamientos hechos en un reportaje que apareció en ese medio el pasado 31 de agosto.

En su aclaración, De Castro refirió que si bien los serios desafíos que aún enfrenta Haití y su población son dramáticos, “al describir la supuesta merma en la buena voluntad de los dominicanos, su artículo no menciona que la República Dominicana es actualmente la mayor donante de asistencia” a la vecina nación en el mundo.

Explicó que RD ocupa esa posición, si se toma en cuenta su producto bruto interno y “a pesar de los retos que enfrenta en su propio desarrollo como país de ingreso medio”.

De Castro expresó que como ocurre a cualquier nación con un vecino menos próspero, la República Dominicana registra presiones migratorias relativas al flujo constante de haitianos en búsqueda de mejores perspectivas.

En ese sentido, puntualizó que en tanto el país mejora su capacidad de implementar sus propias leyes y regulaciones, las autoridades dominicanas están en mejores condiciones de garantizar que sean respetados los derechos, tanto de sus ciudadanos como de los extranjeros.

“A pesar de las repetidas referencias que hace su artículo a una tal ´nueva ley´ sobre ciudadanía, lo que se está percibiendo como un cambio en el derecho de jus solis en la reforma constitucional de 2010, fue realmente sólo una aclaración de un principio establecido desde el inicio de nuestra República, que impide que se otorgue la nacionalidad automáticamente a los hijos de extranjeros carentes de estatus legal”, indicó el diplomático.

Agregó que la constitucionalidad de dicho principio fue validada por una decisión de la Suprema Corte de Justicia en 2005, por lo que consideró de vital importancia “dar respuesta a las causas fundamentales de la inmigración ilegal haitiana al lado oriental de la isla, mediante la creación en Haití de las condiciones necesarias que permitan a sus ciudadanos tener vidas productivas y dignas”.

Observó que el apoyo continuado de la comunidad internacional – y la lucha contra la «menguante simpatía internacional-«, es indispensable para el desarrollo en Haití de las capacidades necesarias para reconstruir el país y crear oportunidades para su gente.

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