Embajadores de EU en historia reciente

Embajadores de EU en historia reciente

La política y el peso de los intereses norteamericanos influye en que Washington tarde en nombrar a un nuevo embajador o que se demore en sustituirlo

POR ELADIO PICHARDO
La tardanza en la designación de los embajadores de Estados Unidos en el país ha estado matizada por cuestiones políticas y en muchos casos por conflictos internos entre ambas naciones, mientras que la  permanencia en el cargo ha dependido de si su nombramiento es por cuestiones políticas o si el embajador es diplomático de carrera.

 A principios de 1998 las relaciones entre EEUU y República Dominicana se resintieron por el uso inconsulto aquí de propiedad intelectual norteamericana y por el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, lo que provocó una declaración de la embajada, en la que afirmaba que tal decisión fue “decepcionante”.

El gobierno dominicano acordó el restablecimiento de sus relaciones con Cuba el 16 de abril de ese año, un día después que el presidente de entonces, Leonel Fernández, se marchara a Chile a participar en la II Cumbre de las Américas donde se encontraría con su colega norteamericano Bill Clinton.

En relación a la tardanza o irregularidad de la ratificación del nuevo representante diplomático, se estima que es por la burocracia oficial, lo que, según explican autoridades norteamericanas, no forma parte de ninguna política hacia el país.

Ante la pregunta de cuál es el tiempo que debe permanecer en su cargo el embajador, la embajada de EEUU señaló que “los Embajadores estadounidenses normalmente ocupan el puesto durante un período de tres años.  Pero, como en otros países, la posición del Embajador está bajo la discreción del Señor Presidente”.

El 10 de abril de 1994 el gobierno de EEUU anunció que Donna  Jean Hrinak sería la nueva embajadora en el país, en sustitución de Robert Pastorino, un diplomático versátil, muy activo y siempre estuvo presto a ofrecer declaraciones a la prensa. Permaneció en el cargo desde el 6 de febrero de 1992 hasta el 28 de junio de 1994.

La partida de Pastorino, con destino a Miami, se realizó en medio de estrictas medidas de seguridad y en un ambiente frío, ya que solo dos funcionarios de segunda categoría de la misión lo despidieron.

No acudió ningún funcionario de la secretaría de Relaciones Exteriores, pese a que la misión norteamericana había enviado  un oficio informativo sobre la partida del diplomático. En esos casos se estila que el Canciller o un representante de alto rango del gobierno le brinden la despedida final.

Pastorino fue defiido durante su gestión como un embajador polémico, controversial y locuaz, pero luego que supo de su sustitución se mantuvo cerca de un mes que no habló a la prensa.

Declaraciones del diplomático sobre el proceso electoral dominicano en esa época fueron calificadas de ingerencistas, y al parecer marcaron el detonante para que el gobierno norteamericano decidiera sustituirlo. Se vio envuelto en más de una polémica, siendo la más sonora su enfrentamiento con el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez.

Hrinak, la nueva embajadora, ha sido la primera mujer estadounidense  que ha representado su país en ese cargo en República Dominicana, y fue designada por el ex presidente Clinton el 15 de junio de 1994. Trabajó en las misiones estadounidenses de varios países latinoamericanos y europeos, y es nativa del Estado de Virginia. El 22 de julio de ese año tomó posesión.

Recibió el premio de Honor Meritorio y el premio de Honor Superior del Departamento de Estado. En 1981 recibió una beca congresional de la Asociación Estadounidense de Ciencias Políticas, y en 1985 fue seleccionada por la revista “Glamour” como una de las 10 jóvenes ejecutivas más destacadas de EEUU.

Es graduada de la Universidad del Estado de Michigan y cursó estudios en la Universidad George Washington y la Facultad de Leyes de la Universidad del Notre Dame. Habla con fluidez el español, portugués y polaco.

A principios de julio de 1992, la diplomática, nacida en 1952, estuvo en el país en su condición de subsecretaria Adjunta del Departamento de Estado de EEUU para Asuntos de México y el Caribe.

En esa oportunidad, Hrinak, definida como de “línea dura” en materia de comercio, visitó al ex presidente Joaquín Balaguer en el Palacio Nacional. Dejó el cargo el 8 de diciembre de 1997.

La embajada norteamericana estuvo dirigida desde esa fecha por Linda Watt, encargada de Negocios, mientras que Hrinak partió hacia Bolivia tras ser nombrada para ejercer de embajadora en ese país.

Luego que la embajada permaneciera varios meses sin su representante  oficial, el 28 de abril de 1998 Clinton nominó a la abogada puertorriqueña Mari Carmen Aponte como la nueva embajadora, pero no prosperó ya que los congresistas estadounidenses no la ratificaron.

Más luego, el 11 de noviembre de 1999, el Senado norteamericano aprobó, sin oposición, a Charles Manatt, quien fue abogado del comité demócrata durante la reelección de Clinton en 1996, y asistente del gobernador demócrata Ferry Sandford, de Carolina del Norte.

El 14 de diciembre de 1999 llegó al país Manatt acompañado de su esposa Kathleen k. Manatt, y recibido en el Aeropuerto Internacional de las Américas por representantes del Gobierno dominicano y una delegación de la embajada norteamericana.

Manatt obtuvo su licenciatura de la Universidad del Estado de Iowa en 1958 y un doctorado en la Escuela de Leyes de la Universidad George Washington en 1962. Fue oficial y miembro del cuerpo de abogados del Ejército de los EEUU, y de la Reserva.

Se desempeñó como vicepresidente de la Junta Directiva de la Universidad George Washington y miembro de la junta de gobernadores de la Fundación de la Universidad del Estado de Iowa.

Fue nominado por Clinton el 28 de septiembre de 1999 y  confirmado por el Senado de EEUU como el nuevo embajador el 10 de noviembre de ese año. A su llegada, el puesto era ocupado por Linda Watt, quien durante cuatro años cumplió funciones diplomáticas en el país, y dirigió la embajada  durante dos años.

El 17 diciembre de 1999, el entonces presidente Leonel Fernández recibió las cartas credenciales de Manatt en el Palacio Nacional, y fue ratificado por el Senado norteamericano en noviembre, había llegado al país el 14 de diciembre.

El primero de marzo de 2001 el gobierno dominicano condecoró a Manatt con la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, en el Grado de Gran Cruz Placa de Plata, acto que se llevó a cabo en la Cancillería y encabezado por el ex presiente Hipólito Mejía. Igualmente, el Senado dominicano entregó un pergamino de reconocimiento a Manatt por su valiosa gestión.

Asimismo, Janice Jacobs, una alta funcionaria de la Oficina de Asuntos Consulares de Washington, estuvo al frente de la embajada de manera interina, debido a la conclusión de la misión de Manatt, quien se marchó del país el 8 de marzo de 2001.

Jacobs, además de haber trabajado en asuntos consulares en Washington, ocupó la subdirección de la Oficina de Asuntos Cubanos en la capital estadounidense y el consulado general de Matamoros, en México.

La funcionaria ingresó al Servicio Exterior en marzo de 1980. Vivió en Ecuador, Egipto, Etiopía, Francia, México, Nigeria y Tailandia, y obtuvo su maestría en francés y educación de la Universidad de Illinois en 1968.

En abril de 2001 el Departamento de Estado de EEUU solicitó el “placet” para que el puertorriqueño Hans H. Hertell ocupara el puesto de embajador en Santo Domingo.

Hertell fue el tercer caso de un nombramiento político como embajador norteamericana en el país, y no de un diplomático de carrera. El primero fue John Bartlow Martin (1962-63), periodista y quien escribió discursos para el Presidente John Kennedy.

El segundo caso fue el de Manatt, quien ocupó la presidente del Partido Demócrata a inicios de los 80, mientras que a Hertell se le vinculó con el Partido Republicano.

Estando en Puerto Rico, Hertell destacó que era una distinción que el  presidente George W. Bush le propusiera para el cargo de embajador en el país. “Este nombramiento es un gran honor y servir a EEUU y al presidente Bush es una distinción para todo el pueblo de Puerto Rico”, habría expresado Hertell.

La selección de Hertell coincidió con las protestas de grupos cívicos y religiosos en mayo de 2001 contra las prácticas de la Marina de Guerra de EEUU en la isla de Vieques, al suroeste de Puerto Rico.

El presidente Bush lo designó para el puesto poco después de juramentarse como presidente de EEUU en su primer  mandato, a principios de 2001, mientas que el Senado lo confirmó el 27 de septiembre de ese año, y juramentado en Washington el 8 de noviembre de 2001 en una ceremonia presidida por el secretario de Estado Collin Powell.

Hertell llegó a República Dominicana el 26 de noviembre de ese año y presentó sus credenciales al ex presidente Mejía tres días después.

Está casado con la puertorriqueña Marie Hertell, con quien ha procreado tres hijos. Además de trabajar en diferentes bufetes en Puerto Rico,  también tiene experiencia en el sector bancario y fue presidente de la empresa de inversiones American Builders Corporation, con base en Puerto Rico.

Corrupción, propiedad intelectual, narcotráfico, problemática haitiana, tratados comerciales, extradición, inversión extranjera, son algunos temas considerados trascendentes abordados por los embajadores norteamericanos en esta nación.

Tradicionalmente, los embajadores norteamericanos han opinado sobre la política interna, un punto que, de acuerdo con diversos sectores, se acentuó en los últimos años con Manatt y Hrinak, y más recientemente con Hertell, durante los controversiales resultados finales de las elecciones presidenciales de 2004.

Hertell fue uno de los embajadores norteamericanos que recibió el mayor número de despedidas y reconocimientos, y entre las entidades y personalidades que le ofrecieron agasajos están las embajadas de España y de EEUU, las secretarías de Obras Públicas e Industria y Comercio, la dirección de Aduanas, la Procuraduría General de la República, Víctor –Ito- Bisonó y su esposa Isabel.

El gobierno le condecoró con la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, en el Grado de Gran Cruz Placa de  Plata, impuesta por el canciller Carlos Morales Troncoso. No obstante, la Cámara de Diputados se negó a otorgarle un pergamino de reconocimiento, como lo había solicitado el legislador perredeísta Julio Romero.

Hertell terminó su misión el primero de mayo de 2007, cuando se marchó hacia EEUU, agradeciendo al pueblo y al gobierno por el respaldo que recibió durante su gestión.

Desde esa fecha, la misión diplomática se encuentra bajo la dirección de Roland W. Bullen, embajador interino, ministro Consejero o encargado de Negocios. 

El 4 de enero de 2007 el presidente Bush nominó a Robert Fannin como el nuevo embajador estadounidense en Santo Domingo en sustitución de Hertell, pero ahora habrá que esperar el tiempo que considere necesario el Congreso norteamericano para la aprobación del diplomático.

Fannin es un profesional ligado al sector privado y graduado de economía de la Universidad de Stanford, 1951,  y de derecho en la Universidad de Arizona, 1963. Actualmente es socio de la oficina de abogados Quarles & Bradys, en Arizona, y sirvió en la Fuerza Aérea durante tres años.

  Read Vittini

Para Mario Read Vittini, ex embajador dominicano en Washington y ex embajador ante la Asamblea de la ONU, no existe un tiempo específico para aprobar la designación de un embajador por el Senado de EEUU, porque todo depende del tiempo que le tome investigar y depurar los antecedentes del nominado.

Entiende que una política tradicional de EEUU de retrasar deliberadamente la aprobación es porque el país al que se le envía no cumple con algún  requisito que esa nación considera necesario para el mantenimiento de relaciones normales.

Refiere que es una manera «sutil» de hacerle presente su inconformidad con alguna actitud o acción del gobierno de ese país, sin romper relaciones formalmente, “porque se sabe que cuando hay diferendos de cierta gravedad, se llama a los embajadores a ´consulta´; cuando alcanzan un nivel de conflictos, se le retira, y cuando ya las diferencias son muy serias, se rompen relaciones”.

 Explica que en el caso de la República Dominicana, en el anterior período presidencial de Leonel Fernández, “EEUU, que sin retirar formalmente a su representante titular, al cambiar al embajador Pastorino, dejó simplemente a una encargada de Negocios y pasamos los dos últimos años de ese gobierno sin embajador titular”.

En referencia a otros países latinoamericanos, señala que el más reciente y notorio es el caso de Venezuela, en que también se ha pasado un período sin embajador, expresando que en la diplomacia han existido siempre esas maneras supuestamente sutiles para que un Estado, sin decir una palabra que pudiese dar paso a un diferendo o, más aun, a un conflicto, pueda dar una señal de descontento o inconformidad con algún acto o actitud de otro Estado.



Embajadores EeUU en  RD desde 1962

  John Bartlow Martin (9 de marzo 1962 a 28 de septiembre 1963)

William Tapley Bennett jr. (23 de marzo 1964 a 13 de abril 1996)

John Hugh Crimmins (29 de junio 1966 a 16 de abril 1969)

Francis E. Meloy Jr. (16 de julio 1969 a 6 de agosto 1973)

Robert A. Hurwitch (5 de septiembre 1973 a 5 de abril 1978)

Robert L. Post (15 de mayo 1978 a 7 de junio 1982)

Robert Anderson (22 de junio 1982 a 3 de agosto 1985)

Lowell C. Kilday (11 de septiembre 1985 a 8 de agosto 1988)

Paul D. Taylor (18 de agosto 1988 a 9 enero 1992)

Robert Stephen Pastorino (6 de febrero 1992 a 28 de junio 1994)

Donna Jean Hrinak (22 de julio 1994 a 8 de diciembre 1997)

Charles Taylor Manatt (17 de diciembre 1999 a 1 marzo 2001)

Hans H. Hertell (29 de noviembre 2001 a 1 de mayo 2007)



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