Embajadores y cónsules itinerantes

Embajadores y cónsules itinerantes

Una forma de corrupción, aunque es un prevaricato sofisticado, resulta cuando el Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX), nombra un embajador, ministro consejero, secretario (primera, etc.), cónsul, vice-cónsul o cualquier tipo de agregado (comercial, cultural) y estos permanecen en el país o en otro lugar que no sea el de su designación, cobrando -por supuesto- el salario en dólares que devenga por desempeñar ese cargo.

Durante la campaña electoral, connotados “diplomáticos y cónsules” acreditados en países, algunos de vital importancia para el nuestro, permanecieron en Santo Domingo “politiqueando” y cobrando como si estuvieran laborando en el país que fueron acreditados. No nos vamos a referir a las múltiples “botellas, botellones y garrafones” cuyos huacales están en el MIREX, gracias a la condescendencia del titular por estar estos personajes apadrinados, sea por un alto funcionario o por algún encumbrado político, a quien se le debe pleitesía por su fervor y fidelidad a la causa del partido en el poder.

Ya en una ocasión relatamos que Dominicana tiene un personal diplomático y burocrático en la Organización de Naciones Unidas (ONU), mayor que la de la República Rusa, con un territorio 33 veces más grande que el nuestro y una población que nos supera en más de doscientos millones.  En esa misma ciudad de New York, nuestro Consulado tiene tal exceso de vice-cónsules, que como no caben en el local físico del Consulado, la mayoría de ellos están desparramados entre otras ciudades estadounidenses y hasta en localidades de la República Dominicana. Todos cobran en dólares y no están obligados  ni siquiera a escribir un informe del desempeño de sus labores. Casos similares se presentan en Boston, Atlanta, Miami, San Juan y otras comunidades en donde a veces hay más funcionarios que dominicanos residentes en esa zona.

El CEI-RD ha mantenido la consigna de que los funcionarios consulares deben ser expertos en comercio internacional y que deben ser verdaderos promotores de los bienes y servicios que puede suministrar a precios competitivos nuestro país.  Sin embargo, cuando uno de estos funcionarios desempeña sus labores desde un lugar distinto, éste por no estar in situ, malogra lo que pudo ser un buen negocio, tanto para un exportador dominicano, como la entrada de divisas para nuestro Banco Central.

Esperamos, que el Gobierno que se instalará a partir del 16 de agosto, tome en cuenta que es necesario que todos los miembros del cuerpo diplomático se conviertan en promotores permanente para la venta de nuestros productos y que además, se involucren en la búsqueda de nuevos mercados, especialmente para los bienes cosechados en ambiente controlado que es la nueva modalidad de producir bienes seleccionados, orgánicos, más saludables y de mejor presentación y calidad que los tradicionales.

Si bien es cierto que no somos competitivos en muchos de los bienes que producimos, no es menos verídico que con un cuerpo diplomático capacitado y con experiencia en los mercados internacionales, el país podría incrementar sustancialmente sus exportaciones de bienes y servicios. Hay mercados sofisticados esperando ofertas de productos innovadores que con un empaque atractivo podría obtenerse una prima en el precio final.  El país está en condiciones de suplir esas plazas siempre y cuando haya miembros en el servicio exterior que posean cualidades para ofertar de manera práctica y fácil el producto que se desea vender.

Uno de los lemas sustentado por el candidato que  regirá  los destinos del Gobierno Dominicano a partir del 16 de agosto, proclamaba lo siguiente: “hacer lo que nunca se ha hecho”.  Creemos entonces, que esta sería una excelente oportunidad para comprobar la veracidad y seriedad de esa promesa.  Licenciado Medina ¡Manos a la obra!

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