San Juan.- Las embarazadas de Puerto Rico están esperando entre uno y dos meses para conocer los resultados de las pruebas que se les practican para saber si tienen zika, un plazo que tanto ellas como sus ginecólogos ven excesivo ya que muchas se plantean abortar si contraen el virus.
«Me han dicho que tendré que esperar un mes para saber si tengo zika. Me parece muchísimo, porque las semanas pasan, y no es lo mismo tener que tomar una decisión tan dura como la de abortar cuando estás de un mes, que cuando estás de seis. Ni siquiera sé si eso es legal, pero a nivel moral ya resulta aterrador», explica Iris Carbonell.
Esta residente en Puerto Rico, de 32 años y madre de un niño, está embarazada de 12 semanas, por lo que su ginecólogo le recomendó que se hiciera las pruebas del zika, un virus que se propaga a gran velocidad por América y que ha sido vinculado a microcefalia y otros defectos congénitos en bebés nacidos de mujeres infectadas.
Como al resto de las embarazadas de la isla, si en esta ocasión da negativo, se le recomendará hacerse otra prueba durante el segundo trimestre del embarazo. «En ese caso, tener que esperar un mes me parece aún mas lamentable», añade preocupada.
Mientras que en Brasil se han detectado más de 1.300 casos de microcefalia en recién nacidos asociados al zika, en Puerto Rico el viernes se confirmó el primer y único caso hasta el momento de un feto afectado por este virus, sin que las autoridades hayan aclarado si la madre abortó de manera natural o decidió interrumpir su embarazo.
Hasta el momento, y desde que el 31 de diciembre se registró el primer caso, en la isla se han detectado 128 mujeres infectadas mientras esperan su futuro hijo.
«A una de mis pacientes le dijeron que tenía que esperar dos meses. Finalmente, decidió llevar a cabo el procedimiento de fertilidad en EE.UU.», afirma igualmente Pedro Beauchamp, el médico que encabeza una de las escasas y más prestigiosas clínicas de fertilización de la isla.
En una entrevista con Efe Beauchamp, el primero en realizar una fecundación in vitro en la isla (en 1986), reconoció que resulta frustrante para las mujeres embarazadas y para las que quieren estarlo tener que esperar semanas para saber si tienen zika, ya que en muchos casos el virus no provoca síntomas.
«No podemos estar haciendo pruebas todos los meses a una paciente para ver si es un buen mes, o no, para salir embarazada. Si tuviéramos pruebas que se demoraran una hora, las haríamos constantemente, pero no es el caso», lamenta el doctor, que en su caso no ve muy útil la recomendación de las autoridades locales de posponer los embarazos planificados.
«En la práctica general de obstetricia y ginecología quizá haya más mujeres a las que les dé lo mismo esperar un año a quedarse embarazadas y mientras saber más sobre el zika; pero los pacientes con infertilidad son diferentes: llevan años intentándolo y verdaderamente no van a querer esperar», explica Beauchamp.
A ellas, les recomienda usar repelente constantemente y ropa que cubra brazos y piernas, y proteger su vivienda y entorno de trabajo para que no entren estos insectos.
«Si a una mujer le da zika, debe evitar quedarse embarazada durante las próximas 6-8 semanas. Si a un hombre le da zika, su esposa no debe tratar de embarazarse durante al menos 6 meses», advierte el doctor, que dice no haberse encontrado «aún» con ningún caso en su consulta de personas diagnosticadas con el virus, aunque reconoce que podría no haberlo sabido, dada la levedad de los síntomas.
«Si me llegase un caballero con zika que no quisiera esperar los seis meses, hay maneras de limpiar el semen antes de realizar una fecundación in vitro, tal y como se hace con el VIH», apunta el especialista, convencido de que los embarazados planificados por problemas de infertilidad no se van a reducir por miedo a este virus.
Los doctores Antonio Pou y Juan Castañer, dos reconocidos ginecólogos de San Juan, aseguran igualmente a Efe que ellos no han detectado una reducción en el número de mujeres embarazadas que acuden a la consulta que comparten.
«No creo que las mujeres estén esperando a quedarse embarazadas, en todo caso están tomando más medidas de precaución, y es cierto que muchas extranjeras optan por regresar a sus países durante la gestación», explica a Efe Castañer desde su consulta y ante una sala de espera llena de mujeres, muchas de ellas con cortos vestidos de tirantes, acordes al clima tropical de la isla.
«De todas formas, claro que existe miedo. Las mujeres están asustadas y preguntan mucho», añade Pou, que incluso ha llegado a recomendar a quienes puedan permitírselo que pasen parte del embarazado fuera de la isla para minimizar los riesgo