Embarazos en adolescentes, sentencia social

Embarazos en adolescentes, sentencia social

Una proporción importante de nuestras jóvenes menores de 20 años vive situaciones de riesgo y reproducen el círculo de pobreza, inmersas en trampas sociales que la misma sociedad le impone. Su condición de adolescentes embarazadas o madres adolescentes marca su vida y su futuro en esta dirección.

Una de estas trampas es la orientación que le ofrecen en los centros educativos, dirigida supuestamente a la prevención de embarazos, que es la abstinencia y la posposición de las relaciones sexuales, la cual no ha surtido ningún efecto. Así lo demuestra el estudio sobre maternidad y paternidad adolescente en el que trabajamos y fue publicado recientemente por CONAPOFA. El estudio de madres y padres adolescentes evidencia que la sexualidad en estos/as jóvenes no es fruto de una decisión, sino de la espontaneidad. Las jóvenes sostienen el discurso-modelo de la posposición o prohibición de relaciones sexuales antes del matrimonio, su práctica muestra lo contrario.

Este panorama puede empeorar. Con la propuesta de reforma de la Constitución en su artículo 30 se produciría que el uso de métodos anticonceptivos como el DIU, el mirena y los anticonceptivos de emergencia pasarían a la ilegalidad. Igualmente la práctica de abortos en casos de violación sexual, embarazo ectópico, desprendimiento de placenta o placenta previa. ¿Qué implicaría para nuestra sociedad una situación como ésta?

¿Significa entonces que el Estado estimulará el incremento de madres adolescentes, al establecer como ilegal el uso de ciertos métodos anticonceptivos?

Las precarias condiciones en que vive gran parte de las jóvenes que son madres adolescentes nos pueden decir hasta dónde pueden sentirse estos efectos. Muchachas que han sido expulsadas de los centros educativos y muchas veces de sus hogares por ser activas sexualmente o quedar embarazadas y no tienen fuentes de obtención de ingresos al menos que se mantengan “unidas” a un hombre que muchas veces la maltrata física y emocionalmente, se inserten actividades “ilícitas” o se prostituyan. La sociedad las sentencia a quedar embarazadas porque no le ofrece una educación sexual con herramientas de prevención sino orientaciones que no se corresponden con su realidad. Cuando se embarazan las empuja en muchos casos al aborto (para evitar ser expulsadas y mantenerse en la miseria) pero este también es condenado socialmente y puede (en caso de aprobarse el artículo) llevarlas a la prisión. Quedando entonces atrapadas en un callejón sin salida, sin oportunidades, ni opciones.

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